Jane’s Addiction regresó a Buenos Aires, a un año de su show gratuito en Puerto Madero. La banda de Perry Farrell dio un recital breve pero contundente en el Teatro Vorterix, en el final del tramo sudamericano de la gira “Theatre of the escapists”.
Por Fabrizio Pedrotti.
Primer acto: Bienvenidos al show.
“La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito”, dijo Truman Capote. Y la estructura del espectáculo que presenta Jane’s Addiction es imponente: son las nueve de la noche, y mientras suena Pink Floyd se ven los instrumentos, las pantallas de LED y los trapecios en donde las bailarinas subirán más tarde a hacer piruetas. Los norteamericanos ahora funcionan así, como una gran máquina teatral en donde sus conciertos son por un lado musicales y por el otro visuales.
El lugar, por ser mediano, es el indicado. En un estadio como el Malvinas Argentinas (donde se iban a presentar), la fuerza del grupo hubiera opacado los complementos. Por eso, en el teatro se logra una experiencia más compacta: la banda suena potente y hay un ‘ida y vuelta’ más directo.
Segundo acto: Los acordes.
La formación de Jane’s Addiction es la misma que tocó en marzo de 2011 en la Argentina: están Perry Farrell en voz, la guitarra de Dave Navarro, el virtuosismo de Stephen Perkins en la batería y Chris Chaney en el bajo.
La presentación dura algo más de una hora (otra similitud con una obra de teatro), y tiene cuatro temas de “The great escape artist”, su nuevo disco -como “End to the lies” y “Twisted tales”- y tres de “Ritual de lo habitual”, uno de los mejores álbumes del rock según Rolling Stone. Así y todo, no faltan otros éxitos: “Ocean size” (para el cierre), “Just because”, “Mountain Song” y una versión extendida de “Jane Says” en donde es inevitable notar algunas pistas grabadas: se escuchan riffs de guitarras eléctricas mientras Navarro toca la acústica. Pero las casi 1500 personas nunca paran de cantar y saltar, los reciben como si fueran locales.
Tercer acto: El escape.
El grupo viene de tocar en la edición brasilera del festival Lollapalooza, creado por Farrell, pero en el último tiempo sus recitales fueron en teatros y espacios reducidos. “Este año estuvimos en lugares más pequeños. El público se mete con la banda desde un eje diferente”, dijo el cantante en una entrevista con Vorterix minutos antes del show.
Este caso es una excepción a la regla que plantea Capote: aunque el público se queda con ganas de más actuación, todos los actos de la obra de Jane’s Addiction están guionados a la perfección. Si seguimos la lógica, en 2013 deberían volver a Buenos Aires. ¿Con qué nos sorprenderán?
Publicado en www.rock.com.ar el 12 de abril de 2012.