Rock N’ Roll All Stars, una banda con miembros de grupos como Kiss, Guns ‘N Roses y Deep Purple, estrenó el Teatro Vorterix con un un mini recital de diez temas antes de su presentación oficial en GEBA.
Por Fabrizio Pedrotti.
Este grupo de rock es lo más parecido a un equipo de fútbol que se vio en la historia: son once, una especie de director técnico (Matt Sorum, en la batería) se encargó de reclutarlos, y como en todo partido, hay algunos cambios permitidos.
Rock N’ Roll All Stars tocó por primera vez en Paraguay el 19 de abril, y aunque su segundo show estaba planificado para Brasil, se canceló. Por eso, la audiencia argentina es una de las primeras en disfrutar de este rejunte de estrellas. Y antes de que se presenten en el estadio de GEBA, dieron un recital íntimo en el Teatro Vorterix para quienes habían comprado plateas y para la prensa.
Algo está claro: ni Gene Simmons de Kiss, Duff McKagan y Gilby Clarke de Guns N’ Roses, Joe Elliott de Def Leppard, Billy Duffy de The Cult, Sebastian Bach de Skid Row, Glenn Hughes de Deep Purple, Mike Inez de Alice in Chains, o Ed Roland de Collective Soul nacieron para ser suplentes. Pero están obligados a entrar y salir del campo de juego: los únicos que se mantienen titulares en todo momento son Matt Sorum, también de Guns N’ Roses, y Steve Stevens, guitarrista que tocó con Billy Idol.
De arranque, el contraataque es duro: se abre el telón y aparece Sebastian Bach, acompañado de McKagan, Clarke, Stevens y Sorum, y hacen “Welcome to the jungle”. Hay que decirlo: en este momento, sobre el escenario hay más Guns N’ Roses originales que en los shows que lidera Axl hoy.
La banda se presenta formalmente y sigue “Youth gone wild”, de Skid Row, y el público se enciende. Stevens toca la guitarra con los dientes, se la lleva a la espalda y hace todo tipo de juegos. Vale destacar que Bach tocó en el Teatro de Flores hace poco más de una semana y que su aparición en estos conciertos no estaba anunciada en la Argentina por cuestiones legales.
Y llega el primer cambio: entran Glenn Hughes, Billy Duffy y Mike Inez, y hacen “Highway star” de Deep Purple. Al principio el cantante está un poco flojo, pero de a poco se distiende y a fuerza de algunas piruetas y una voz increíble se gana al público. Con esa misma formación interpretan “Wild flower”, de The Cult.
“Rebel Yell”, de Billy Idol, y “Shine”, de los alternativos Collective Soul, suenan en la voz de Ed Roland, quien tiene un recibimiento bastante frío. Aunque su look se parece más al de un oficinista de Palermo que al de un rockstar, a sus movimientos le sobran energía.
En el tercer cambio (según el reglamento futbolero, también el último) ingresa Joe Elliott. “Tenemos una de Queen para ustedes”, dice antes de interpretar una muy buena versión de “Tie your mother down”. Le sigue el recordado hit ochentoso “Pour some sugar on me”, de Def Leppard, festejada casi como un penal en el último minuto de un partido sin goles.
Aunque ya se hicieron los tres cambios, ¿cómo no permitirle una excepción al líder de Kiss, Gene Simmons? “El dios del trueno”, como se lo presenta, sube bien tranquilo y le pide a sus colegas que paren de tocar un segundo. “Están siendo filmados para ‘Family Jewels’ –su reality, que según cuenta se emite en 84 países-, así que les ruego que se pongan bien locos”, enfatiza mirando al público.
A diferencia de sus performances con Kiss, acá no hay sangre, disfraces o maquillaje: sí está su bajo Punisher, su lengua larga y su voz particular que da lugar a “I love it loud”, cantada a dúo con Sebastian Bach. Ahora sí, el final. Cuando parece que nada puede superar tanta adrenalina, llega “Rock and roll all nite”, el clásico de oro, y todo explota.
Después de 50 minutos, la banda se despide e implícitamente promete dar una actuación formidable esta noche en GEBA. Muchos se quedan con ganas de más, pero algo está claro: Rock N’ Roll All Stars gana… por goleada.
Publicada en www.rock.com.ar el 23 de abril de 2012.