Neige, el líder de la banda de blackgaze, recuerda las experiencias sobrenaturales que vivió de chico. Además habla de “Kodama” (2016), y adelanta el show del martes en The Roxy Live. Entrevista exclusiva.
Por Fabrizio Pedrotti, para Rock.com.ar.
“Hago música porque lo que viví es muy complicado de describir con palabras”, dice el francés Stéphane Paut, más conocido como Neige, cuando se le pregunta por las situaciones paranormales que atravesó siendo un niño. “Me transporté al lugar más pacífico, hermoso y radiante que se podría imaginar. Era un jardín muy vívido, con árboles brillantes, arroyos zigzagueantes y música flotando en el aire. Nunca supe lo que realmente fue, ¿entendés?”, explica del otro lado de la línea.
Haber tenido esas visiones cambió la manera de ver el mundo del cantante y guitarrista. Para él no se trató de sueños, sino de experiencias reales. “Creo que hay cosas que no podemos ver con nuestros ojos, o que son recuerdos de vidas pasadas. Sé que el planeta como lo conocemos no es el 100%. Existe otro mundo más allá de nuestra comprensión”.
Alcest se podría definir como una mezcla de post-rock, shoegaze y black metal (sobre todo en sus primeros discos). El proyecto se inició en el año 2000 como el álter-ego de Neige, y en 2009 se sumó el baterista Winterhalter. En vivo, la banda tiene dos miembros más (el guitarrista Zero y el bajista Indria Saray), además de cinco discos de estudio y la dicha de ser una de las más convocantes en los festivales europeos.
“Kodama”, de 2016, incluso llegó al puesto 8 del ranking Billboard (dentro de la categoría Heatseekers Albums). Todo un logro para un grupo como Alcest, que nunca se desvió de su leitmotiv principal: evocar aquel mundo paralelo al que Neige había accedido de chico.
-En su momento, ¿compartiste esas experiencias con alguien?
-Realmente no, me las guardé para mí mismo. No me di cuenta de lo que me estaba pasando. Di por sentado que eran normales, y recién cuando fui adolescente descubrí que habían sido especiales. Cambiaron mi vida.
-¿En qué contextos tuviste esas visiones?
-Diría que en ningún ámbito específico, pero más que nada cuando estaba en contacto con la naturaleza. Especialmente en la primavera, que el ambiente renace y está muy vivo. Para mí, ir al aire libre es volver a contactarme con aquello. Por eso el cambio climático es tan importante -”Kodama” lo tiene como aspecto central-, y de algún modo se relaciona con lo que viví de chico.
-Hoy tratás de vincularte con lo espiritual, pero no sos una persona religiosa. ¿Cómo lo lográs?
-Es una muy buena pregunta. Como vos dijiste, no soy creyente. En realidad, todas esas “organizaciones” nos separan de las divinidades. Si existe un Dios, no necesitamos de ninguna iglesia, monje o guía: está todo dentro nuestro. La religión no se enfoca en lo espiritual, sino en acumular poder y dinero. Es muy importante separar las dos cosas: la espiritualidad tiene que ver con lo que vos mismo experimentás, y no lo leés en ningún libro. Lo vivís, y por eso es tan interesante. Por mucho tiempo no hice nada, pero recientemente empecé a meditar. Es muy difícil, aunque te “baja a tierra”, aprendés a apreciar todo de otra manera y dejás el piloto automático. Es un proceso muy introspectivo, y te abre puertas que te conectan con lo esencial. Encontrás cosas que ni te imaginabas que estaban ahí.
SIN LAS BARRERAS DEL LENGUAJE
Además de haber sido uno de sus discos más trascendentes, “Kodama” carece de palabras reales durante parte de las canciones. Neige piensa que no es del todo necesario usarlas, y emplea su voz como un instrumento más.
“Nuestra música es tan melódica que puede tocar a un montón de gente de diferentes maneras, sin que entiendan el concepto en sí. En las canciones se siente lo que queremos transmitir -explica-. Por ejemplo, en nuestro segundo álbum, ‘Écailles de Lune’ (2010), que tenía la portada azul, la gente se podía dar cuenta de que hablábamos sobre el mar y que el concepto era bastante acuático”.
Para él, “Kodama” -que Alcest presentará en Buenos Aires el martes próximo- incita a alentar a cuidar más el planeta en el que vivimos. “Es importante que la gente tenga empatía. Ese ideal está muy presente en películas como ‘Princess Mononoke’ (Japón, 1997), y fue una gran influencia para mí”.
-El film que nombrás inspiró la canción “Oiseaux de proie”, que expresa que algún día la naturaleza “nos va a devolver lo que le hicimos”. ¿Pensás que ya está pasando?
-Creo que lo estamos experimentando a escala pequeña, porque el clima está cambiando mucho. Tengo sólo treinta y algo, pero ya puedo ver la diferencia desde que era chico, ¡y sólo pasaron unas décadas! ¿Qué va a ocurrir dentro de cien años? Si no hacemos nada, esto no va a terminar en un buen lugar. Tenemos que ser inteligentes y cambiar. También depende de los políticos y esa clase de gente, supongo.
-Aunque todos leímos sobre el cambio climático, es genial que la música sea tu vehículo para crear conciencia.
-Sí, absolutamente. No estoy tratando de enseñar nada ni soy un profeta, porque yo mismo hago cosas malas. Pero algunos tiran papeles en bosques y playas, ¡y me vuelven loco! ¡¿Cómo puede ser?! Es muy sencillo usar los tachos de basura. También podríamos ser más eco-friendlys con lo que compramos…
-¿Creés que las nuevas generaciones van a ser más sabias, o que van a repetir los errores del pasado?
-Pienso que vendrán personas más inteligentes. Obvio que dependerá de cada uno, porque todos somos diferentes y variamos según cómo nos criaron. Pero seguramente van a tener más conciencia. La peor generación fue la de nuestros padres, porque en ese momento no se hablaba tanto. Por suerte, ahora se está sabiendo más.
VOLVIENDO A CHILLAR
Otro de los logros personales de Neige fue haber tocado varias veces en Japón, un país que lo influenció desde chico y cuya importancia se puede notar en la mayoría de sus discos. Incluso Alcest dio un show en un templo budista, algo que el cantante define como “increíble”.
“Cuando giramos allá pedimos unos días de descanso, para recorrer y disfrutar. ¡No siempre vamos ahí! La mayoría de las veces estuvimos durante la temporada ‘sakura’, con los árboles floridos y el ‘cherry blossom’. Para mí, ese período es la esencia del espíritu japonés, aunque sólo dura una o dos semanas. Es precioso”.
-Antes de “Shelter” (2012) dijiste que no ibas a gritar más, pero en el último disco regresaste a esa técnica. ¿Qué te hizo arrepentirte?
-Tenés razón. Después de aquel álbum sentí que tenía que hacer algo más visceral y agresivo, y los ataques terroristas de París -ocurridos en 2015- fueron muy impactantes para mí. El Bataclán está a unas cuadras de donde vivo, y conocía a personas que estuvieron en el show del atentado. Por un tiempo tuve una visión pesimista del mundo, y eso llevó a que los temas fueran más viscerales. Ahí es cuando los gritos encajan mejor. Trato de no ponerme límites, y si quedan bien, los implemento. Así que sí, empecé a chillar de nuevo (se ríe).
-También dijiste que tus gritos no vienen de tu lado “humano”, sino de la frustración que tenés por no poder regresar a esas experiencias que tuviste siendo chico. Así que poseen un componente espiritual.
-Absolutamente, ¿dónde lo leíste? ¡Porque es muy real! Esa es la diferencia con los gritos del black metal, que se vinculan con el horror e intentan como sonar brujos en el medio del bosque. Es muy distinto: lo mío es una liberación. Una parte de mi espíritu necesita descargarse. Por eso no son gritos de miedo, sino algo casi positivo.
PRESENTE Y FUTURO
-Ya están componiendo el próximo disco de Alcest. ¿Qué podés adelantar?
-Empezamos a trabajarlo hace poco, pero nuevamente va a ser bastante heavy. Una especie de continuación de “Kodama”, pero obviamente diferente. No nos gusta hacer siempre el mismo disco. Lo que se viene será muy épico y tendrá que ver con mis cambios de vida, mis experiencias con la meditación y mis reflexiones sobre la espiritualidad y sus diferencias con la religión. Ojalá que salga el año próximo.
-El martes van a presentarse por segunda vez en The Roxy Live. Van a interpretar “Kodama” entero y algunas canciones clásicas, ¿pero qué más podés contar?
-Bueno, hacía casi seis meses que no tocábamos. Para nosotros es un montón, así que nos tomamos una semana entera para ensayar. Después hicimos dos shows importantes, uno en el festival Download de París y otro en el Meltdown de Londres, que fue curado por Robert Smith -de The Cure-. Pero los conciertos latinoamericanos van a ser muy especiales para nosotros, porque fuimos por última vez hace cuatro años y la pasamos excelente. Nos pone felices volver y ver a nuestros fans. ¡Prometemos dar lo mejor de nosotros y tocar temas que dejen contentos a todos!
Alcest tocará el martes 26 de junio en The Roxy Live (Av. Niceto Vega 5542, Buenos Aires). Las anticipadas se consiguen a $850 (más costos de servicio) a través de AllAccess.