La banda jamaiquina festejó sus 55 años en Buenos Aires, aunque sin el trombonista Vin Gordon y con un reemplazo argentino de lujo.
Por Fabrizio Pedrotti, para Rock.com.ar.
Foto: Archivo Humo Negro.
Apenas suben al escenario, el trompetista James Smith y el saxofonista Zem Audu le dan las últimas indicaciones a Martino Gesualdi. Es la primera vez que toca con The Skatalites, después de haber interpretado tantas de esas canciones durante más de quince años junto a Dancing Mood.
Lastimosamente, su suplencia no se da en el mejor de los contextos: debe sustituir a Vin Gordon, el recientemente reincorporado trombonista que en 1964 ingresó a The Skatalites (y que es egresado de la legendaria Alpha Boys School). Gordon incluso grabó en canciones como “Warrior Charge”, de Aswad. Pero poco antes del concierto, sufrió un ataque al corazón y no pudo viajar.
Después de que el tecladista Ken Stewart haga la tradicional introducción y la famosa cuenta hacia atrás, arranca “Freedom Sounds”. Y la seguidilla de “Two for One”, “Confucious”, “Garden of Love” y “Latin Goes Ska” marca una constante de toda la noche -y de los últimos años de The Skatalites-: casi no hay lugar para las canciones escritas durante las dos décadas pasadas.
Y no es que el grupo no haya sacado discos. Tanto “Platinum Ska” (2016) como sus antecesores tienen al menos un puñado de temas con la misma calidad que los clásicos. Después de 55 años de su fundación, el público ya sabe con qué va a encontrarse. Y es un arma de doble filo, que pierde la efectividad luego de tantas visitas… pero a la vez convierte a esos temas en himnos de acero.
Con la falta de otros miembros históricos como Lester Sterling, Doreen Shaffer (presentada por Stewart como “La Reina”, en español) pasa incluso más al frente y se gana al público a base de carisma y simpatía. Así se suceden “My Boy Lollipop”, “Nice Time” -en la que James Smith vitorea a Martino Gesualdi y se sorprende por su excelente desempeño-, “Golden Love”, “When I Fall in Love”, y “Sugar, Sugar”. En esta última y en “James Bond Theme”, el guitarrista Natty Frenchy despliega su arsenal con un solo a la altura de la historia.
Durante “Simmer Down” hay coros de todos (incluido Gesualdi), y Stewart va al centro con su también tradicional salto de la soga invisible. Abajo, una chica vomita en los brazos de su novio y todos se alejan, evitando pisarlo. Pero el grupo contagia tanta alegría que uno de los fanáticos hace exactamente lo contrario: se pone a saltar sobre el charco sin parar. ¡Algo que sólo genera The Skatalites! Cuando llega el momento dubwise de “Rock Fort Rock”, con el bajista Val Douglas y el baterista Trevor “Sparrow” Thompson (¡qué virtuosismo!), el vómito ya se disuelve bajo las zapatillas de todos… e importa muy poco.
Para el final viene lo mejor: “Guns of Navarone”, “Phoenix City” y la outro de “Freedom Sounds”, seguidas por los bises “You’re Wondering Now” y “Bridge View”. Stewart presenta a Martino Gesualdi formalmente, y aclara que esta noche tocó con ellos por primera vez, sin siquiera un minuto de ensayo previo. El público lo vive como un logro propio, y no es para menos: no todos los días un argentino es parte de The Skatalites.