Sepultura: “Aunque sean tiempos oscuros, vemos la luz al final del túnel”

El bajista Paulo Jr. analiza «Quadra», el quinceavo disco del grupo, y traza una relación entre sus viejas canciones y la actualidad del mundo. Además, explica su miedo por los estudios de grabación. 

Por Fabrizio Pedrotti, para Rock.com.ar.

La aritmética, la geometría, la música y la astrología están unidas. Al menos eso se postula en “Quadrivium”, un libro que analiza esas disciplinas y sus importancias para el funcionamiento del universo y la naturaleza. Y aunque sus bases estén en el siglo VI y Platón las haya mencionado antes (en “La República”), las cuatro doctrinas siguen guiando el planeta. 

Una prueba está en el nuevo disco de Sepultura, apropiadamente titulado “Quadra” (2020, BMG). Resulta que el guitarrista Andreas Kisser se sumergió en el libro, y junto a sus compañeros, pensó que era un buen concepto para el decimoquinto álbum del cuarteto. 

Del otro lado de la línea -desde São Paulo y en una tarde de lunes-, el bajista Paulo Jr. se sonroja: “Yo soy un lector horrible, así que no lo estudié. Pero él nos lo explicó, y arrancamos con el concepto. Debo admitir que sigo las reglas de los demás”. 

Aunque es humilde y sincero, Sixto lanza un porqué: “Lo estuve buscando en Brasil, y fue muy complicado conseguirlo. Creo que esta pandemia sería el momento perfecto para adentrarme en eso. Por suerte estoy empezando a leer más, tocando y experimentando con cosas que no acostumbro tanto. Al hacerme más viejo, trato de reeducarme y de aprender lo nuevo, para ser mejor”. 

-¿En qué aspectos?

-En todos: en la música, la lectura, como persona… ahora, obviamente, sigo las reglas y los protocolos, quedándome en casa. Estoy en mi cuarto, aprovechando para mirar documentales y series en la TV. Mientras tanto no hay mucho que podamos hacer, básicamente sentarnos a esperar. Por ley, todo Brasil está apagado, y lo único que está abierto son las farmacias y los supermercados. Así que hasta la próxima orden, nos quedaremos adentro. Para nosotros, es algo que raramente sucede (risas).

Y aunque esta cuarentena haya retrasado los planes, la idea de Sepultura era que el disco tuviera una fuerte presencia en los shows. “Debo decir que los primeros días, apenas empezamos a ensayarlo, sonaba como una mierda -se sincera-. Pero una vez que terminamos, quedó muy bien. Obvio que vamos a usar las pistas de violín con un click, para poder reproducir todo. Son elementos muy importantes en estas canciones”.

-Y era algo que habían experimentado con “Machine Messiah” (2017), que también había producido el sueco Jens Bogren. 

-Sí, ya habíamos incorporado el click y las pistas. Ahora, para que todo encaje al 100%, vamos a tener que realmente presentarlo en vivo y empezar a sentirnos más cómodos, reajustando lo que haga falta. Justo antes de la pandemia estábamos listos para ir a Norteamérica, con siete temas preparados. La idea era ensayarlo completo, variar el setlist y jugar un poco. Calculo que, alrededor de un mes después de arrancar la gira, vamos a estar mucho más acostumbrados a estas canciones.  

-¿Es más fácil o más complejo tocar con un click, marcándote el tempo constantemente en los oídos?

-Para mí fue más difícil, pero estoy empezando a sentirme más cómodo con eso. Lo venimos usando hace bastante; y para serte honesto, nos está ayudando un montón para acoplar las pistas. 

-Lo que les había atraído de Jens Bogren, en parte, había sido su trabajo con Opeth (en “Ghost Reveries”, de 2005; y “Watershed”, de 2008). Comparándolo con el disco anterior, ¿qué elementos aportó ahora?

-Un montón de cosas nuevas, es un gran profesional y tiene su propia forma de trabajar. “Quadra” demandó demasiada energía, pero también nos sentimos mucho más cómodos al haber vuelto con él. El proceso de “Machine…” nos ayudó para abrirnos más, a Bogren y a nosotros. Impuso nuevos sonidos, ideas y todo. Hay diferentes sesionistas, por ejemplo. Es muy correcto, le presta atención exhaustiva a los detalles y se fija muy bien en que incluso las pequeñas tomas queden bien limpias y prolijas. Nunca había conocido a alguien así, ¡está pendiente de cada cosita que grabás! Te llama la atención ver cómo se compenetra tanto con los pormenores.

-Imagino que, entonces, les pidió varias tomas…

-Oh, sí. Podés estar grabando el bajo, y que constantemente te diga: “Suena bien, pero podrías hacerlo mejor”. O por ahí metés distintas versiones, él las cruza y hace su magia para mezclarlas. Corta algo acá, lo pone allá… son sus trucos, y logra que funcionen.

-Andreas Kisser dijo que “Machine Messiah” finalmente les había abierto muchas puertas, después de varios discos. ¿Por qué pensás que sucedió ahí y no con los anteriores?

-(Piensa). Creo que la música ayudó, y la forma en que compusimos nos llevó a otro nivel. Sin ese, “Quadra” nunca hubiera existido, porque nos hizo reaprender y readaptar cómo tocábamos en vivo. Nos reeducamos: para haber logrado algo como esto, se nota que realmente subimos de categoría.

EL MUNDO, DESDE CUATRO ÓPTICAS

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El riesgo que tomó Sepultura para esta placa no fue sólo ponerle un concepto, sino dividirla en múltiples elementos. Y eso también se nota en el tracklist: en lugar de haber canciones rápidas intercaladas con otros estilos (como era más usual en los discos con Max e Iggor Cavalera), cada fase está bien diferenciada. 

De alguna forma, lo mismo pasa con la banda. Desde la llegada de Derrick Green editaron nueve álbumes, y parece que desde el principio la idea fue no emular al cantante (y co-fundador), sino fundar un nuevo camino. Pero mantener el prestigio costó trabajo: los resultados fueron dispares en cuanto a ventas y críticas, aunque es innegable que, sobre todo desde “Kairos” (2011) y “The Mediator Between Head and Hands Must Be The Heart” (2013), el grupo terminó por demostrar que su material podía valerse por sí mismo. El pasado, de a poco, fue dejando de ser una sombra. 

-Esta vez, llegaron al nombre “Quadra” antes de ir al estudio. ¿Cuán importante fue contar con el concepto?

-Nos ayudó un montón. En álbumes anteriores empezábamos a mezclar distintos materiales y palabras, y no era lo mismo. Al haber una dirección establecida para las letras, tenés que hacer que la música concuerde. Hay una inspiración que respetar y un desafío que cumplir, así que favorece un montón. La verdad es que no puedo esperar para girar, estaba muy ansioso (risas).

-”Quadra” tiene cuatro lados bien diferenciados: hay cosas heavies, lentas, orquestadas e instrumentales. En una entrevista dijiste que era un resumen de todos los discos de Sepultura, ¿pero encontrás algún paralelismo específico?

-(Piensa). Creo que, en efecto, muestra un poco de cada estilo que hicimos. La mayor inspiración fue nuestra carrera, y también “Machine Messiah”. Esto último, sobre todo para la parte instrumental y las melodías del lado cuatro. Aunque aparecen todos los momentos: la parte thrashy/rápida, e incluso algo de ritmos y fraseos de death metal. Es un poco de todo, una gran mezcla de 35 años de carrera.

-“Raging Void”, el sexto tema, habla de llenar el vacío con cosas materiales. ¿Por qué creés que ocurre tanto en esta era, en la que todos podemos “ser como queremos”?

-Creo que el período de cuarentena es un muy buen momento para observarlo e intentar entender nuestros problemas existenciales. Es una gran oportunidad de reflexionar y analizarlo, porque la humanidad estaba acelerada constantemente, sin parar, todos los días. Y cuando sucede algo así, hay que frenar de repente. Nadie estaba preparado, y más allá de lo malo, me parece que puede salir algo bueno. Tenemos tiempo libre en casa para meditar y pensar en el futuro, aprender a respetar y un montón de cosas más, como leer e informarse al máximo. Eso ayuda a conocerse mejor uno mismo. Y aunque sean tiempos muy oscuros, nosotros vemos la luz al final del túnel.

-En la carrera de Sepultura hubo temas como “Biotech is Godzilla” (de “Chaos AD”, 1993), que relacionaba a la biotecnología con el virus del SIDA. ¿Creés que esta pandemia tuvo un origen similar?

-(Piensa). La procedencia pudo haber sido cualquiera, y hay un montón de conspiraciones dando vueltas. Desde casa escucho cientos de opiniones diferentes y trato de absorber todas. Quizás vino por ese lado, capaz no…. ¡ni sabemos exactamente lo que es! Sólo estamos seguros es de que todo el mundo está en una situación muy delicada, sin importar si fue algo biológico o químico. La única arma que existe hoy contra esta “cosa” (sic) es cuidarnos nosotros mismos. Hay que permanecer en calma, seguir los protocolos y quedarse en casa. Tratar de leer, pasar tiempo con la familia y cuidar a los ancianos. Esperemos que la situación salga lo mejor posible. 

-¿Creés que esas canciones que hicieron fueron proféticas? Porque ustedes analizaron los comportamientos humanos desde 1984, y al mayor problema ahora lo generan los que no respetan la cuarentena… 

-Sí, y está pasando acá, en Brasil. La policía sale para asegurarse de que los negocios cierren, porque la gente no lo está tomando muy en serio. Cuando Sepultura escribió letras como las que dijiste, podían encajar con muchas situaciones del pasado, del presente o incluso del futuro. Fueron puntos de vista que creamos en base a lo que observamos, y pusimos eso en las palabras y en la música. Como ya señalé, mucha gente no lo está tomando seriamente, y debería reconsiderarse. Es peligroso.

-Algo que sorprende de los últimos discos con Max Cavalera es que escribían de la realidad de Brasil, pero ya viviendo en otras partes del mundo. ¿Cuán complejo era en los ‘90? Porque no había redes ni tantos medios como ahora.

-Sí, era totalmente diferente. Cuando nos mudamos a los Estados Unidos, mi familia me grababa VHS y los mandaba por correo, así veíamos lo que pasaba en el país. También me enviaban los diarios y las revistas. Nos tomaba mucho más tiempo que en esta era, que te enterás de todo en un segundo. Al poder viajar un montón fuera de Brasil empezamos a reflexionar desde otra perspectiva, y de alguna forma, aprendimos a absorber más cosas. Así fue que nos inspiramos para la mayoría de esos discos.

LIDIANDO CON EL MIEDO A GRABAR

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La placa que Sepultura editó en 2013, “The Mediator…”, es recordada por el ingreso del baterista Eloy Casagrande; pero además por haber sido trabajada con Ross Robinson. El productor es conocido por sus métodos inusuales, algo no menor para Paulo Jr.: el bajista le siente pánico al estudio. Es sabido, por ejemplo, que no grabó en clásicos como “Beneath The Remains” (1989).

Al ser consultado por cuál fue aquel approach de Robinson para que él se olvidara de sus miedos, el brasileño señala: “Bueno, me golpeaba el bajo y las cuerdas mientras tocaba, y mantuvimos esos ruidos en el disco. No recuerdo en qué canciones, pero te aseguro que jamás me voy a olvidar de la escena”, estalla en carcajadas. Por poner otro ejemplo, Robinson llegó a sentarse sobre la espalda de Jonathan Davis, de Korn, para que el “dolor” realmente se plasmara en las tomas del vocalista.

Paulo Jr. agrega que lo importante es que cada productor imprima su huella. “Es un tipo genial, man, y tiene un método muy único. Aunque cada uno sea distinto, él realmente se distancia de los demás. Fue una elección acertada para ‘The Mediator…’, y estaba muy entusiasmado de haber vuelto a trabajar con nosotros, después de ‘Roots’ (1996). Lo mismo del lado de Sepultura, porque con esas herramientas, realmente sacó lo mejor de cada uno”.

Aunque le siga costando, Paulo dejó atrás parte de los miedos: eso quedó plasmado en “Behind The Music”, una serie de videos que la banda publicó sobre “Quadra”. “Haber girado y pisado tantos escenarios me dio mucha más confianza en el estudio -admite hoy el bajista-. Siempre prefiero tocar en vivo, y grabar me sigue dando muchísimo trabajo. Pero aprendí un montón de cosas durante los años, y con el proceso de hacer discos. Conmigo, la clave es tener mucha paciencia. Si está eso, todo funciona”.

-¿También te bloqueás si grabás demos en tu habitación, por ejemplo?

-No, pero el estudio es un ambiente muy delicado. En tu casa podés plasmar muchas ideas en la compu, escucharlas y creer que lo hiciste bien. Pero una vez que llegás al estudio, que sería lo “real”, decís: “¡Mierda, esto suena como el orto!” (risas). Ahí verdaderamente oís todos los errores, por más chiquitos que sean. El concierto tiene una vibra totalmente distinta; y grabar a veces me es muy difícil porque en la música que hacemos hay mucha energía, y estoy más acostumbrado a poner el físico. Mis dificultades pasan por reproducir en el estudio lo que hago en vivo. Uno de mis métodos, por ejemplo, es imaginar que estoy tocando frente a un montón de gente: me hace sentir mucho más cómodo y me funciona. 

-En una entrevista de los ‘90 decías que ustedes nunca podrían reemplazar a Metallica y a Slayer, pero que sí era posible que se acercaran bastante. Con quince discos, ¿creés que llegaron a ese punto?

-(Piensa). Tenemos el potencial para crecer aún más, pero debemos estar atentos a las oportunidades que nos traiga “Quadra”. Es lo principal. Creo que ahora mismo estamos en ese pico, y si llegamos más alto, será en parte gracias a este disco.

Sepultura editó “Quadra” en febrero de 2020, a través de BMG. Fue publicado en formato físico en la Argentina, y también se puede encontrar en las plataformas digitales. Además se lanzó una versión doble, con un concierto de 2015 como bonus.

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