Brian «Head» Welch, de Korn: «Las drogas no te dejan crecer”

El guitarrista habla de sus encuentros con caníbales, recuerda las grabaciones más crudas con Ross Robinson y cuenta cómo se recuperó de su adicción a las metanfetaminas. También presenta el nuevo disco de Love and Death (su grupo paralelo) y analiza la actualidad de Korn. Entrevista exclusiva.

Por Fabrizio Pedrotti, para Rock.com.ar.

A mediados de 2005, al mundo del rock todavía le sorprendía la salida de Brian Welch de la banda que había co-fundado. La noticia cayó como un balde de agua fría para los medios y los fans: MTV News emitía informes sobre la continuidad de Korn, y el cantante Jonathan Davis dejaba mensajes fuertes en los foros. “Todavía estoy confundido, pensé que Dios estaba para ayudarte. Head quiere imponernos su religión a todos, y yo detesto la iglesia”, escribía.

Mientras tanto, Brian estaba en un lugar completamente distinto. Justamente, con su pastor… rodeado de una tribu de caníbales. “Fue en India, y eran cientos. Habíamos ido con mi hija y un amigo para colaborar con la organización Good News. Buscaban que la gente pobre tuviera comida y casas, y yo llevé $150.000 dólares -recuerda hoy vía Zoom-. Estando allá, una madrugada me desperté y clavé la mirada en mi tatuaje de Korn, que dice ‘Untouchables’. Ahí entendí que me tocaba ayudar a la gente más temida por la sociedad, y volví a cerrar los ojos. Cuando me desperté, me dijeron que una tribu de caníbales y asesinos nos pedía que fuéramos. Se llamaban The Loadi y tenían ganchos en los hombros. No sé exactamente qué hacían con eso”.

Una vez que llegó, le plantearon que estaban cansados del canibalismo y de que sus hijos sufrieran. Querían un futuro mejor para ellos. El guitarrista no pudo evitar sentir empatía: él no sólo había dejado Korn por sus creencias, sino para terminar con las adicciones (metanfetamina, cocaína, pastillas y pornografía). Y sobre todo, para dejarle un mejor legado a su hija Jennea. Sin embargo, la cara se le puso pálida cuando el traductor se le acercó. “Dicen que si no ayudás a sus hijos, van a matar al pastor. Pero tranquilo, porque si hubiesen querido asesinarte a vos, ya lo hubieran hecho”. Qué alivio.

Algunos caníbales tenían olor a alcohol. Incluso, a veces los elefantes les robaban los brebajes y corrían borrachos por la selva. Con semejante panorama, Head sintió miedo: había llegado para ayudar, y la situación cambió muy rápido. Él era un outsider que seis meses antes tocaba en una de las bandas más grandes del mundo. Pero por suerte, terminó ganándose la confianza de sus nuevos (y afectuosos) amigos.

Brian y la comitiva salieron sin ningún rasguño, y ahora rememora el momento con cariño. “Desde que nos reunimos juntamos un montón de plata. Conseguimos alimentos para los pobres y pudieron construir casas. ¿Y sabés qué? Todos los crímenes y las cosas negativas se redujeron en un 90%”, señala orgulloso.

Mientras cuenta la experiencia, el estadounidense se para frente a la cámara y muestra un tatuaje de “Untouchables” (2002). De etapa inicial en Korn, fue lo último que disfrutó.

-Ya que lo tenés en la piel, ¿guarda un lugar especial para vos?

-Es uno de mis discos favoritos. Para serte honesto, me lo hice más por el arte de tapa. Aparecen todos estos chicos y es hermoso, porque representa a los olvidados, los rechazados y los abusados. Esa gente significa un montón para mí, y me siento muy cómodo con ellos. Siempre sentí que debía ayudarlos, como hacemos con la banda, pero quería ir un paso más allá. Eso me motivó a tatuármelos.

-Después grabaron “Take A Look In The Mirror” (2003), que tuvo un sabor agridulce. ¿Lo seguís recordando igual?

-Sí, definitivamente. Lo hicimos apurados porque la compañía quería sacar algo rápido, y yo estaba a full con las drogas. Me miraba al espejo mientras aspiraba anfetaminas, así que es irónico que le hayamos puesto así (risas). Fue el punto más bajo de mi espiral de decadencia, como adicto y con la banda. Habíamos sido mucho mejores en “Untouchables”, sobre todo yo.

-En algunas entrevistas, tus compañeros dijeron que se esforzaron demasiado para sonar pesados. ¿Coincidís?

-(Piensa). Tratamos de producirnos nosotros mismos, y me parece que salió mal. «Take a Look…» es el disco de Korn que peor suena, en cuanto al microfoneo de los instrumentos y amplificadores. ¡El redoblante quedó horrible! Hay momentos buenos, como “Did My Time”, pero para mí es lo peor que grabamos.

UN PROYECTO CON SONIDO PROPIO

Volvamos a 2021. Además del presente de Korn (del que ya hablaremos), Head habla entusiasmado del nuevo disco de Love and Death, el grupo paralelo en el que canta y toca. “Perfectly Preserved” es su segundo álbum, y se estrenará el viernes 12 de febrero. Ese mismo día harán un show por streaming. El proyecto empezó como una aventura solista mientras estuvo fuera de Korn, pero cobró vida propia. Y ni la pandemia fue un impedimento para que terminaran las diez canciones.

“A los otros discos los grabamos bastante juntos, este fue mucho más separado. Pero lo importante es que suena como si estuviéramos todos a la vez. Pude ir a Los Ángeles a hacer las guitarras y las voces con J. R. Bareis, y a Nashville para las baterías de Isaiah Perez. Por suerte, el productor vive cerca mío. La tecnología tiene enormes beneficios, es una locura lo que se logra”. Al cuarteto lo completa Jasen Rauch, de Breaking Benjamin. A Head se le nota la felicidad en el rostro.

-Según vos, muchas canciones no habrían encajado en Korn. Además de “Let Me Love You”, que popularizó Justin Bieber, ¿cuáles serían?

-Bueno, es el ejemplo perfecto (carcajadas). O “White Flag”, que tiene una intro de banda sonora, frases screamo y estribillos melódicos. En el medio del puente, Ryan Hayes hace “bum-baum…”. Es un rapeo rápido, pero a los gritos. Eso es nuevo… aunque pará, ¡Jonathan Davis lo hace un montón! (risas). Las estrofas de “Death Of Us” tienen un aire pop. Fue cuestión de encontrarle el propio sonido a la banda, porque semejante dulzura no encajaría con Korn. Ellos son mi prioridad número uno, y amo haber vuelto. Pero este disco también fue divertido, porque pudimos trabajarlo intermitentemente.

El guitarrista empezó a componer las canciones en 2014. “La primera fue ‘The Hunter’, con Keith Wallen (también de Breaking Benjamin), y a los dos años nos juntamos todos de nuevo. En 2018 hicimos ‘Affliction’ con Tom Hane, exbaterista de In This Moment. Y luego llegó el COVID, aunque nos dio tiempo para escribir tres más”.

-Algunos singles surgen de golpe, como «Got The Life» y «Freak On A Leash», de Korn. ¿Te pasó acá?

-(Piensa). Creo que no, fue un proceso de a partecitas. Los que decís fueron divertidos, porque nos sentamos y… ¡pum! (chasquea los dedos). Lo loco es que funcionan en vivo hace décadas. Cuando se te ocurren ideas así de rápido, sentís algo mágico. Pero en algunos proyectos lleva más trabajo y “moldeo” llegar a lo que precisás. Acá no hubo momentos tan espontáneos.

-En Korn usás guitarras de siete cuerdas, pero en Love and Death tocaste siempre con las tradicionales. ¿Se repitió en este disco?

-Sí. Mi primer álbum solista («Save From Myself», de 2007) y los dos de esta banda se hicieron con las de seis. Lo loco es que son barítonas, y por más que haya una cuerda menos, las afino más graves que en Korn. La mayoría de los temas son en SOL#. Es como “brummm” (imita el sonido de una explosión). Vienen con un mástil largo, y una de las cuerdas es básicamente la de un bajo. Mi voz encaja mejor.

-Si la guitarra no está preparada, esas afinaciones pueden dañarla. ¿Les pasaba en los noventa?

-Por suerte teníamos muy buenos técnicos en Korn, y nos ayudaron un montón (risas). En varios discos usamos Telecasters, y lo atravesamos bastante bien. Lo genial de ahora es el EverTune Bridge, ¿lo conocés? Hicieron un mecanismo para que las cuerdas quedaran siempre afinadas, sin importar la tensión. Estamos enamorados, porque es el futuro.

-El streaming del 12 de febrero promete varios invitados. Supongo que fue más fácil coordinarlo en esta época de agendas libres, ¿verdad?

-Claro, y es loco. Munky fue el primero en decir que sí. En 2020, los mánagers de Korn nos preguntaron si estábamos desocupados para unos shows. Los cinco miramos el calendario y dijimos: “Mmm… sí, al 100%” (risas). Cuando llamé a otros músicos para el streaming, me respondieron: “Tengo la agenda vacía, ¿qué día me precisás?”. Es divertido y triste a la vez, pero gracias a eso vamos a hacer algo lindo. Todos queremos seguir en contacto con los fans, ellos nos extrañan y nosotros también. Ojalá podamos tocar en persona en algún momento del año. Ya veremos.

-Cuando grabaste tu primer disco solista (con Edgar, un socio que después te estafó) no estabas contento con la voz, pero en “Perfectly Preserved” se te nota más confiado. ¿Cómo llegaste a ese punto?

-Aprecio que me lo preguntes. Creo que con el tiempo evolucionamos, es básicamente madurar. Si estás metido en las drogas y el alcohol, no crecés. Yo estuve enganchado tanto tiempo, que cuando grabé con Edgar era un desastre emocionalmente. Hoy me siento más relajado y cómodo con mi propia piel. Trato de disfrutarlo y de apreciar las cosas, en vez de angustiarme. El estrés es asesino y no dejaré que me siga matando, ¿sabés? Voy a disfrutar la música, hacerla de la mejor forma y conectarme con quienes quieran. Todavía tengo una relación de amor/odio con cantar, pero igual me pongo al frente. Me encanta gritar, empecé en “Ball Tongue”, del primer disco de Korn. En Love and Death puedo hacerlo y colaborar con otros músicos. Va a ser hermoso juntarnos para el streaming después de tantos años, y el formato de filmación es atípico. Espero que la gente se una, porque no puedo girar con la banda. Siempre estoy ocupado con Korn, son mis hermanos y amo lo que hacemos. Dejame adelantarte que preparamos cosas muy emocionantes para 2021. Estuvimos un poco callados, pero nos entusiasma lo que se viene.

-¿Te referís a un disco nuevo de Korn?

-Estamos trabajando un montón. No puedo decirte nada, porque me voy a meter en problemas…

-Entiendo el silencio. Pero si es nueva música, mové la cabeza.

-(La gira para todos lados). No puedo confirmarlo ni negarlo (carcajadas). Igual es real que se viene algo grande, ¡creeme!

LA CLAVE PARA SANAR

Luego de su recuperación y de haber acompañado a su hija en etapas críticas, Head se subió a tocar con Korn en el festival Carolina Rebellion de 2012. Incluso, el cantante Jonathan Davis lloró de alegría. “Su costado del escenario estuvo muy vacío todo este tiempo”, dijo. A los meses se oficializó su regreso. Siete años después del caos, las partes de la banda retornaban lentamente a su posición. Como debería haber sido siempre.

-En tus libros contás que, para entonces, tu hija te había enseñado mucho. ¿Qué fue lo más importante?

-Aprendí sobre la paciencia, el amor y la comunicación; porque los hombres no somos los más abiertos (risas). Me dio lecciones sobre la culpa y de perdonarme a mí mismo. Siempre me dice: “Siendo un padre soltero, hiciste lo mejor que pudiste. Estabas con un montón de cosas, y una persona no puede encargarse del 100%”. Gracias a eso dejé de recriminarme todo, y podría nombrarte muchísimo más. Siempre explico que crié a mi hija, pero que ella también a mí.

-Eras muy perfeccionista. Imagino que tuviste que cambiarlo y enfocarte en lo positivo, ¿verdad?

-Sí, me lo tengo que recordar constantemente. Como humanos, una de nuestras mayores desventajas es el olvido: prometemos algo y no lo cumplimos. Tampoco le damos bola a las partes lindas de nuestra psiquis, como los buenos pensamientos y las emociones positivas. Todos nos angustiamos, pero es importante frenar un poco, respirar y recordar que ningún problema es el fin del mundo. No hay que dejar que el estrés se apodere del cuerpo. Así, tu vida se alarga y sos más feliz y saludable.

-¿Qué otras cosas cambiaron desde que volviste a Korn?

-Siento que me gradué: pasé de la ira a una bronca más “saludable». A relajarme y dejarme llevar, digamos. Como Jennea ya tiene 22 y hay un gran vínculo, ser papá es mucho más sencillo. La vida nos enseña, es un aula constante. Hoy toco y canto bastante relajado. Ojo, también tengo días de bronca fuerte, pero ya no rompo cosas. ¡No le pego más a los teclados! (risas). Sólo digo algunas “palabritas lindas” para descargarme (carcajadas). También voy a un lugar tranquilo y medito; o pongo algo en Netflix y me meto en otra historia.

-Para vos tenemos tres pares de ojos: los de la cara, los del espíritu y los del corazón. Supongo que te sirve conectarte con eso.

-¡Sí, muy bien dicho! Y aprender a vivir en el presente, porque es todo lo que tenemos: lo que pasa ahora mismo. No podemos seguir con la ansiedad del futuro ni con las heridas anteriores. Mi clave para la paz es estar en el hoy.

-¿Creés que tus abusos de sustancias se dieron por no haberlo entendido?

-Definitivamente. Y es difícil detectar el dolor del pasado, porque puede ser inconsciente. Ir a terapia y recuperarme me ayudó a lidiar con el ayer y a no preocuparme por lo que viniera. La mayoría de las adicciones llegan de ahí, 100% de acuerdo.

-En 2020 sacaron un cover de “The Devil Went Down To Georgia”, y las ganancias fueron para Awakening Youth. Ahí es donde trabaja tu hija y tratan problemas como esos, ¿verdad?

-Exacto. La habíamos internado ahí hace unos años. Ya ayudaban a un montón, pero buscaban expandirse y llegar a miles. Que se haya quedado a colaborar, en lugar de irse, dice mucho del lugar. Te demuestra qué tipo de personas son, y los aprecio al máximo.

RESISTIENDO EL DOLOR

“The Nothing”, el último disco de Korn, salió en septiembre de 2019. Fue grabado con el emblemático Nick Raskulinecz, que ya había trabajado en “The Serenity of Suffering” (2016) y con Foo Fighters, Alice in Chains, Mastodon y Ghost. El productor no sólo logró un sonido cristalino y expansivo, sino que co-compuso varias canciones.

Gran parte de la gira del álbum se canceló por la pandemia, y Head cuenta que 2020 iba a ser espectacular. Había shows programados en el Knotfest de Japón y un tour para 2021 con System Of A Down y Faith No More; además de ser de los grupos que encabezarían festivales como Download, Hellfest, Rock Am Ring, Graspop, Rock Im Park y Copenhell. «The Nothing» iba a viajar mucho.

Como es habitual, el disco aborda las pérdidas y las ansiedades. Y en los últimos años, Jonathan Davis experimentó tragedias terribles: murieron su mamá y su exesposa. Esta última, justamente, luchaba con una enfermedad mental. Pero la banda se las ingenió para innovar. Se nota en las texturas de “This Loss”; o en las más de 20 capas de voces de «Can You Hear Me» (originalmente una maqueta solista de Davis de 2015).

-Después de trece álbumes, ¿cuál es la fórmula para abordar los mismos problemas y que sigan sonando nuevos?

-(Piensa). Que no es forzado, nos sale naturalmente. Los músicos estamos en el planeta para hacer eso: hablar de las dificultades y dolores. Todavía sufro de depresión, pero también superé una gran parte. Mi experiencia me da la fuerza para contarlo y ayudar a otros. Ponerlo en el arte es innato, y siempre encontramos nuevas formas de escribir canciones del tema. Tenemos experiencias todos los días, meses y años de la vida. Como continúan ocurriendo, suenan novedosas y la gente puede conectarse. En lo que sea que compongas, si hay una buena melodía y te mueve internamente, se va a notar. Y quienes nos eligen sienten la misma pasión.

-Un ejemplo de honestidad fue «Daddy», de 1994: al final del tema, Jonathan tuvo un colapso por haber recordado sus abusos. Pero Ross Robinson, conocido por sus métodos extremos, lo provocó para que se pusiera peor y poder grabarlo. ¿Eras consciente de que tu compañero sufría, o pensaste que actuaba?

-Fue un quiebre mental, una crisis nerviosa. Los demás sabían que era verdad, yo no tenía ni idea. Estaba grabando unos ruidos con la guitarra, levanté la cabeza y los vi a todos con las mandíbulas por el piso (hace el gesto). De repente pensé: “Oh, esto que pasa es real…”. Le estaba prestando más atención a lo mío, y creía que fingía. Cuando vi la cara de Munky, de David (Silveria, exbaterista) y de Fieldy (bajista), fue como “Dios mío…”. Encima Ross nos hacía señas con las manos y nos callaba, al estilo: “Déjenlo, que siga expresándose y sacándolo de adentro. Que llore todo su dolor”. Y continuamos dándole a los instrumentos. Fue un momento muy único en la historia de la música.

-También está el mito de que ustedes le dieron drogas a Robinson sin que él se enterara. ¿Cuánto hay de verdad?

-Es casi cierto: lo hicimos llevarnos a comprar falopa sin que lo supiera. Le pedimos que nos acercara a una casa y le dijimos que nos esperara afuera. Al rato, Jonathan subió al auto con las drogas. Cuando volvimos al estudio estábamos así (imita a una persona con convulsiones). Ahí se dio cuenta y empezó a gritarnos: “¡Me hicieron llevarlos a comprar esa mierda!”. Siempre trataba de mantenernos saludables, que tomáramos exprimidos con hierbas y comiéramos verduras. Odiaba todo lo tóxico. Intentó ayudarnos, y nosotros le mentimos. Se sintió mal, realmente traicionado.

-Para terminar: antes mencionamos a Justin Bieber, que llegó a la fama de joven, igual que ustedes. ¿Creés que fue una desventaja haber tenido «todo a disposición» en Korn?

-Sí, definitivamente. Nuestro éxito empezó a finales de los 20 años, así que tuvimos tiempo para procesarlo más. Pero nos destrozó, para la mente fue difícil de procesar. Generó un montón de ansiedad en los cinco, y lo mismo le pasa a otros músicos. Lo buscábamos desde chicos, y cuando llegó, no supimos manejarlo. No queríamos que se terminara, aunque tampoco entendíamos cómo hacerle frente. Tipos como Justin Bieber son superestrellas, no pueden ir a ningún lado sin que se sepa. La gente se ríe mucho, pero me siento mal por ellos, ¿sabés? Con la fama repentina vienen muchas cosas, incluyendo problemas mentales. ¿Cuántas veces vimos a estrellas adolescentes que colapsaron ya de grandes? Obviamente, hay algo que afecta a todos de forma negativa, y también se da en la Argentina y en el mundo. Pero con Korn lo superamos y aprendimos un montón. Es como te dicen a veces: “Tené cuidado con lo que deseás”, ¿no? (risas).

El nuevo disco de Love and Death, «Perfectly Preserved», saldrá el 12 de febrero. Las entradas para el streaming del mismo día se consiguen en este link. Con respecto a Korn, seguilos en sus redes para estar al tanto de las próximas novedades.

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