El ex Guns’n Roses montó un show equilibrado en el estadio de Argentinos Juniors. Tocó por dos horas, mayoritariamente canciones de su último disco y de la banda que lo consagró.
El Malvinas Argentinas está colmado: ocho mil personas disfrutan mientras ven a Slash, una de las leyendas mundiales de la guitarra, interpretar sus temas preferidos. Pero no está solo: lo acompañan Myles Kennedy, una de las voces más increíbles del rock actual (¡con el riesgo que significa hacer semejante afirmación!), y su banda “The Conspirators”.
Después de dar vueltas desde 1995 con diferentes proyectos (Snakepit, Velvet Revolver y un disco con cantantes invitados), el músico encontró su lugar. Y “Apocalyptic Love”, lanzado este año, es la muestra de eso: un álbum parejo, que casi no da respiro y que ayudó a que las entradas se agoten en un par de semanas.
Kennedy, vocalista de Alter Bridge, se sumó al ex Guns en 2010. Durante las dos horas de concierto casi no se le nota el cansancio, y llega perfectamente a los tonos más altos. Aunque no intenta imitar a Axl Rose, lo reemplaza con éxito en canciones como “Rocket Queen”, “Nightrain”, y “Sweet Child O’Mine”. El baterista Brent Fintz se desempeña correctamente, pero no puede lucirse del todo por la mala amplificación de su instrumento.
Por el lado de Slash, demuestra las razones por las que es un guitar hero: le da al público lo que quiere. Golpea cuando tiene que golpear, y sabe encontrar el momento justo para meter un solo o una improvisación (como cuando estira “Anastasia”), sin resultar tedioso. Otra de sus cualidades reside en dejar que el resto de los integrantes tenga su espacio; por ejemplo, el bajista Todd Kerns canta en los temas que requieren un registro diferente.
El momento más emocionante de la noche quizás sea cuando Zakk Wylde, músico de Ozzy Osbourne y líder de Black Label Society (el grupo telonero, junto a Eruca Sativa), sube a zapar un blues de diez minutos. De esa forma, sobre el escenario hay cuatro guitarristas: ellos, Kennedy y el acompañante Frank Sidoris. El delirio es total, y remite al encuentro entre Slash y Lemmy Kilmister (de Motörhead), el año pasado en el Teatro de Colegiales.
“Slither”, de Velvet Revolver, es una de las últimas canciones de la lista. Después de presentarse formalmente ante la audiencia, el grupo abandona el escenario, pero las luces continúan apagadas. Una vez que pasa el histeriqueo previo a los bises, llegan “Welcome to the Jungle” y “Paradise City”. Literalmente, todo explota. Vuelan papelitos, algunos se funden en un abrazo de alegría y otros gritan las letras en un inglés medio criollo. Es lógico, porque la vuelta de Slash a la Argentina deja eso: felicidad, adrenalina, y por sobre todas las cosas, mucho pero mucho rock.
Por Fabrizio Pedrotti/Foto: Guido Adler.
Publicada en Rock.com.ar el 20 de noviembre de 2012.