Del cuarteto original al actual trío más acústico. Retrospectiva de 25 años de carrera, política, mafia y anticipo del nuevo disco.
Por Fabrizio Pedrotti – Publicada en la Revista Dale.
El fuego fue uno de los descubrimientos más importantes de la humanidad. Con él, los hombres de la prehistoria pudieron cocinar sus alimentos, ahuyentar animales peligrosos, y obviamente, hacerle frente al invierno.
Casualmente, la entrevista con Attaque 77 se dio en uno de los días más fríos del año. Los diarios reflejaron en sus portadas que la ola polar había llegado a todo el país, y Capital Federal no fue la excepción: la temperatura descendió hasta los 3,8 grados. Ideal para armar una fogata. Y si se puede acompañar con guitarras, mejor.
Algo así es lo que estuvo haciendo el trío en estos últimos dos años: un ciclo de acústicos en ambientes cálidos, casi-íntimos y como en casa. Sin el fuego, claro, pero levantando la temperatura con sus canciones. El último show en Capital Federal para esa seguidilla de conciertos iba a darse en mayo de 2013 en el ND/Ateneo, pero se agregó una fecha para el 21 de junio.
“No sé muy bien cómo es eso de las despedidas. Se suponía que era un ciclo que empezaba y terminaba, pero los planes cambian y van apareciendo más cosas -cuenta Mariano Martínez, cantante y guitarrista-. Faltan un montón de lugares donde presentarlo, porque lo queremos llevar a todos lados. El debut fue en el Teatro Ópera en 2011, pero hoy estamos más afianzados y suena mejor que nunca”. Esa primera experiencia se plasmó en un CD + DVD, titulado simplemente “Acústico Teatro Ópera”.
Lo que sin dudas no esperaban era que los llamaran para tocar en São Paulo (Brasil) con su formato desenchufado. Luciano Scaglione, bajista, dice: “Fue una pequeña premiación de muchos años de laburo en ese país. Estuvo increíble, y se vendieron todas las entradas. Nos encanta tener situaciones de satisfacción luego de tanto trabajo hecho”.
“Es interesante la primera impresión de alguien que no tiene ni idea de lo que va a ver –completa el baterista Leo De Cecco-. Nos pasó en el Ópera en el debut, y en Brasil también, porque casi no habían escuchado las nuevas versiones. Ver eso desde arriba del escenario fue impresionante”.
-Están pensando en su próximo disco de estudio, que saldrá en 2014. ¿Creen que algo de esa experiencia acústica se va a plasmar en el nuevo material?
-Mariano Martínez: Hay canciones escritas en varias épocas. El laburo de producción que tuvimos que hacer para esta experiencia fue algo diferente a lo que estamos acostumbrados, así que puede que se vea influenciado al grabarlo y producirlo.
-Leo De Cecco: En la manera de interpretar las canciones también.
-¿Más tranquila?
-MM: No necesariamente. Tuvimos que entender otras cosas. Por ejemplo, si querés que un instrumento suene fuerte, tenés que golpearlo menos. Es bastante paradójico, pero lo aprendimos con el acústico. Para que los temas tengan más profundidad y suenen más pesados, hay que tocar con menos intensidad. Componer te pone en un lugar distinto, fuera de todo y de cualquier proyecto. A la hora de escribir aparecen las influencias, pero uno lo hace de forma instintiva. El momento más racional se da en el estudio. El último disco lo hicimos en 2009 –“Estallar”-, y hasta ahora se acumuló un montón de material, que estamos puliendo. De todas formas tenemos ganas de dar un paso más allá y hacer algo distinto. No queremos repetirnos tanto, ni hacer un disco ultrapunk sólo porque el último fue acústico. En un momento nos planteamos: “¿Qué se supone que grabamos ahora, death metal?”. Tampoco buscamos atarnos a lo que la gente pide, porque si les hiciéramos caso no podríamos experimentar con nada.
-Ni hubiesen grabado “Otras canciones”, un disco con versiones de Gilda, Abba, Erasure…
Luciano Scaglione: El ejercicio de romper nuestros prejuicios lo hicimos antes que nadie. También los tuvimos, pero hay que animarse, porque sino es siempre lo mismo y es un embole. La verdad es que los fanáticos se la re bancan. Siempre acompañan nuestro proceso, y está buenísimo. De eso se trata.
MM: Muchos realmente lo valoraron y lo agradecieron, porque se emocionan cada vez que ven el DVD. Hay otros a las puteadas que siguen esperando el eléctrico.
LDC: También tenemos pibes que nos iban a ver cuando tenían 20 años, que vienen con sus hijos; o chicos de 16 que invitan a sus padres de 50 que nunca escucharon Attaque 77. Es curioso lo que pasa, porque se ven las diferentes generaciones.
MM: El acústico es un proyecto que no para de darnos sorpresas. En uno de los shows que dimos, en Trelew, estaba Fernando de Madariaga -un cantante melódico popular en los ’70-. Después charlamos con él, y nos contó anécdotas muy jugosas de aquella época.
-¡Estaría bueno que lo inviten a colaborar en el próximo disco!
MM: Podría ser, ¿no? (risas). Fuera de broma, la preproducción en este disco es más importante que en los otros.
-¿Por qué?
LS: Son tantas canciones que hay que seleccionar lo mejor.
M: Y tenemos que pensar cómo tienen que sonar, con qué carácter. Hay muchas cosas que antes quisimos lograr y no pudimos, como que cada una tenga un aire propio. Lo que mejor nos salió fue generar un estilo homogéneo en un álbum, pero algo distinto es que el disco pueda llevarte por diferentes climas. Lo puede hacer más interesante. Eso nos obliga a tocar diferente, mejor y ser más versátiles, en función de lo que cada canción pueda pedir. No podemos anticipar mucho, pero confío en que los temas van a tener un poco de vuelo y madurar como para que sea un buen trabajo. Queremos correr un poco el límite de nuestro sonido.
-“Estallar” fue grabado por ustedes mismos. ¿Piensan trabajar de la misma forma en el nuevo material?
MM: Yo no quiero hacer nada, no sé ustedes (mira a sus compañeros).
LS: Algunas cosas sí, pero no todo el laburo chino de operar las perillitas y los cablecitos.
MM: Esa vez tuvimos que poner los micrófonos, armar, desarmar, afinar la batería… Acá vamos a involucrarnos y a formar un nuevo grupo de trabajo. Puede ser con Álvaro Villagra, pero no lo sé.
LS: O con alguien de afuera.
MM: Ya grabamos en Estados Unidos y en España, y ahora estamos viendo qué hacer. Es bueno tener una oreja externa, pero tampoco nos funcionó mal laburar por nuestra cuenta. Siempre nos tomamos el tiempo que sea necesario. En un momento también tuvimos ganas de registrarlo en cintas, sin computadoras.
LS: Estamos empezando a armarlo, y lo mejor es que todo es posible. Sabemos que si queremos, podemos. Por eso quizás no queramos grabarlo nosotros, porque ya lo logramos antes.
V DE VENGANZA
Cuando estaban armando “Estallar”, los Attaque conocieron a Tucho, un camarógrafo con una historia muy peculiar. Su abuelo había tenido relaciones con la mujer de un capo de la mafia italiana. Por ende, empezó a ser perseguido. Al cumplir ochenta años, esa vendetta “expiró” y pasó al siguiente miembro de la familia en el árbol genealógico: el camarógrafo.
Es por eso que en 2009 el trío le dedicó una canción (“Tucho”) en la que narra la anécdota. Martínez agrega: “Lo más interesante es que la escribimos en tiempo real. En ese momento él tenía que viajar a Italia, pero hoy está vivo y tuvo un bebé hace poco. Eso es importante (risas)”.
LS: Cuando muera, la vendetta va a pasar a su hijo.
MM: Pobre tipo, porque heredó la venganza de la mafia por algo que hizo el abuelo. Es terrible, y la pesadilla no termina más.
LDC: Y el problema después lo va a tener su nieto…
LS: ¡Puede haber un “Tucho II”!
-Desde que grabaron “Estallar” hasta ahora, ¿les pasó alguna otra curiosidad que pueda inspirarlos para el próximo disco?
LS: Cuando íbamos a tocar a São Paulo nos pegó un rayo en el ala izquierda del avión. Esa sería una re-letra. Casi nos matamos. Fue un momento de zozobra, y después vino un “bajón” de algunos metros. Parte del staff de músicos estaba llenando las bolsitas (risas). A Mundy -Epifanio, manager de la banda- nunca lo vi tan asustado en mi vida, y eso que viaja mucho. Ahora está en España, por ejemplo. Creo que se meó encima y no nos contó.
MM: La gente va diciendo “a mí nada me conmueve”… y a él el rayo lo impresionó mucho. A todos, mejor dicho.
-¡Vos mismo cantás “nada me conmueve” en “Tiempo perdido” (risas)!
MM: No se puede tomar como algo definitivo. Una canción también es una fotografía de un momento, de una sensación… muchos nos reprochan que nos vendimos porque estamos ocupándonos más de Facebook –lo dice por la canción “Anormal”, de 2009-.
LS: Y cuando bajamos del avión el comandante nos dijo que el rayo puede haber dejado un micro agujerito en el ala, que sería perjudicial. Ya sabíamos que eso pasaba todo el tiempo, pero otra cosa es vivirlo.
TODO ESTÁ AL REVÉS
-En 2003 editaron “Antihumano”, un disco con bastante crítica social, debido al momento que vivía el país. ¿Cómo ven la Argentina hoy?
LS: Igual. Para mí, siempre estamos jodidos.
MM: Ninguna canción así se va a convertir en un single muy radial, porque el sistema no funciona de esa forma. El éxito en aquel disco fue “Arrancacorazones”.
-Pero en “Karmagedon” (2007), el hit fue “Buenos Aires en llamas”.
MM: Porque nosotros decidimos ponerlo como corte de difusión. Fue una elección nuestra salir con esa canción, no es que la gente lo decidió.
LS: Lo mismo con “Días de desempleo”, en 2009.
M: En “Antihumano” hubo de todo: crítica social, canciones de amor, de esperanza, de estados de ánimo más positivos. Siempre decimos que en la semana de una persona cualquiera ocurre de todo: las ganas de iniciar algo, la desesperación, la satisfacción de lo que sale bien, y el saber que compartís cosas con la gente que te gusta estar. Podés pasar por momentos de tristeza, desapego, todo eso está en un disco. Nos ganamos la chapa de ser un grupo más de “crítica social”… y sí. La banda siempre fue nuestra manera de comunicarnos con el mundo. Lo que tenemos adentro lo decimos de esta forma. En “Estallar” hay temas muy optimistas.
-Como la canción homónima.
MM: Exactamente. Y en el mismo disco ese tema va de la mano con la rebeldía que “nos obligan” a tener, conviven las dos cosas. Con respecto al país, tenemos puntos de vista diferentes entre nosotros. Yo nunca creí en los políticos ni en el sistema, y el tiempo y la madurez me afirmaron más esa idea. En 2001 todos nos volvimos anarquistas y punks. Mi papá, mi abuela… hubo un momento en el que me decían que no estaba tan errado lo que pensaba. La política está para dividir a la gente, como la religión o el fútbol. Estamos en un momento difícil, porque veo gente en desacuerdo de una mala manera, discutiendo sobre ideas que poco tienen que ver con nosotros. Es una especie de “mandato” social que se supone que tenemos que tener: ser de Boca o de River, kirchnerista o del Pro, católico o judío. No podemos pelear por eso toda la vida. El grupo siempre fue un poco por ese lado, nunca se ubicó atrás de un gobierno, aunque hoy esté bien visto. Creo que hacer música es un partido político en sí mismo. Seguimos sufriendo las cosas malas y las injusticias de la sociedad, como valorando los pasitos adelante que damos. No tenemos que ser necios, hay que apreciar todo lo bueno que ocurre, y tratar de hacer mucha autocrítica porque somos responsables de parte de lo que sucede. Es fácil echarle la culpa a los políticos y al sistema, pero el cambio es interno. Ese es el gran desafío.
LDC: Si bien rescato un montón de cosas buenas que hace un gobierno, ellos también se tienen que bancar las críticas y reconocer lo que hacen mal. No pueden ponerse intolerantes, tanto de un lado como del otro, y dejar al pueblo en el medio. Tampoco deberían favorecer el clientelismo político a cambio de una heladera o unas zapatillas, y a los que no están de acuerdo no darles nada. A los damnificados de La Plata que no eran de un partido los pasaban de largo. Es desagradable, no puede pasar eso en el Siglo XXI.
MM: ¡Leonardo presidente! (Risas). Así es el sistema, y toda la vida fue igual.
-Lo lamentable es que no cambiaron mucho las cosas. Una canción contestataria de Attaque de hace diez años tiene perfecta validez hoy.
MM: Totalmente, por eso estamos vigentes. Les queremos agradecer a los políticos de turno (risas). Pero es verdad lo que decís, me pasa muchas veces de estar cantando temas escritos hace quince o veinte años y que tengan completa actualidad. Es deprimente, pero lo podemos cambiar. Para nosotros hacer música es eso, porque no somos un grupo complaciente. Estamos acá por la necesidad de expresarnos, y ya es revolucionario. Me parece un buen punto de partida para un cambio.
LDC: También los grandes medios te quieren hacer quedar de un lado o del otro, y no está bueno que influyan en tu opinión. El poder es una droga muy fuerte, que genera una adicción tremenda, y hace que los políticos de turno se quieran perpetuar en el poder para tener más y más. Es lamentable que no haya un recambio, a todo nivel.
MM: Habría que ver qué pasaría en ese caso, porque se debería modificar todo el sistema, más allá de los políticos. Y también hay que generar un cambio de conciencia a través de la sociedad. Después de la inundación me cansé de ver gente tirando la basura desde la ventanilla de sus autos. Esta es la capital del “me cago en todo y en todos”, pero es un poco el ejemplo que tenemos de nuestros gobernantes. La vemos a “ella” diciéndonos eso, y a “él” también. Hoy, la actitud más rebelde que podemos tener es la lucidez.
—
Recuadro: Las consecuencias del invierno
Además de tener que abrigarse, el frío afecta a los que sufren de enfermedades relacionadas con las vías respiratorias. “Tengo sinusitis crónica”, revela Mariano Martínez ante este periodista, que sorprendido le responde que él padece lo mismo.
-¿Para cantar no te molesta?
-MM: Sí, pero ahora estoy mejor. Justo voy a hacer un tratamiento para los cornetes, porque también tengo hipertrofia. ¡Soy un deforme! Una cosa es la sinusitis, y otra es el problema para respirar. A mí me afectan ambas, y estoy siempre con la nariz tapada. Me quieren operar, pero busco otras alternativas. De hecho mejoré.
¿El secreto? “Inhalación de vapor, unas gotitas y aromaterapia”. Si lo dice Mariano…
Por Fabrizio Pedrotti, para Revista Dale.