La banda se prepara para el lanzamiento de una trilogía de EPs conceptuales. A diez años de su formación, el grupo de Morón posee menos tabúes artísticos, sueña con un sello propio… ¡y hasta ostenta un bolso femenino con su nombre!
Por Fabrizio Pedrotti, para la reivsta Soy Rock.
Adentro del colectivo hace un calor insoportable: desde que se rompió el aire acondicionado, el viaje de Buenos Aires a Santiago de Chile se torna fastidioso. Por eso, apenas cruza la frontera y en un parate del micro, el cantante y guitarrista Juan Manuel Díaz sale a refrescarse y a fumar.
En ese momento un agente de seguridad decide inspeccionar el equipaje, y se encuentra con una valija rosada y brillante que le llama poderosamente la atención. “¿De quién es?”, pregunta intermitentemente, sin que nadie responda. De repente, sus compañeros en Humo del Cairo se dan cuenta: “¡La trajo Juan Manuel!”.
“Tuve que abrirla, me revisaron todos los pedales. Alguno sospechó y preguntó quién era el dueño. Nadie respondió, y salieron a buscarme”, recuerda hoy Díaz, a casi ocho años de la anécdota. ¿Tanto lío por el color? “Es que era muy gay y llamativa, rosada y nacarada”, se ríe.
El trayecto que recorrió Humo del Cairo desde su formación en 2004 incluye anécdotas tan variadas que podría escribirse un libro. El guitarrista difícilmente olvide aquellas veces en las que tocaron con Judas Priest en el Luna Park (“Nos tiraron con anillos, zapatillas, paquetes de masitas…”) o en un antiguo cine porno de Mar del Plata: “Fue un lío, trabajaba todos los días y si iba en colectivo no llegaba. Entonces me tomé un avión e igual viajé mal, porque diluviaba. Aterrizamos y salí corriendo a tocar”.
-¿No había ningún aroma extraño en la sala?
-No, no (risas). Por el temporal, quedaban muy pocos espectadores. Los que había se empezaron a ir porque tocábamos re fuerte. Encima, la estructura del cine hacía que los equipos les den de frente y les destruyan los oídos (más risas).
UNA CUESTIÓN DE INTENSIDAD
Toque donde toque, hoy Humo del Cairo sigue siendo una experiencia sonora muy potente. Y eso es lo que el grupo –que completan Gustavo “Tano” Bianchi en bajo y Federico Castrogiovanni en batería- intentará plasmar en sus próximos trabajos: “Serán tres EPs, que conceptualmente estarán conectados. La idea es sacar el primero en junio, el segundo a mitad de año y el último en 2015”, revela Díaz.
-Algunas partes del disco homónimo las compusieron en el estudio, pero ahora ya entraron con una preproducción más avanzada.
-Esta fue la primera vez que lo hicimos, todo porque tenemos un baterista muy profesional que contribuyó bastante (risas). Nunca había trabajado con alguien tan experto en el nivel artístico. Además empezamos a grabar los ensayos, para tener un registro de todo lo que pasa en la sala y no perder ni un arreglo.
-En 2012 explicaste que te gustaba mucho el hardcore de los ’90, pero que nunca lo plasmaste porque tenías prejuicios. ¿Va a haber algo de eso en los próximos lanzamientos?
-Para esta etapa me despojé de muchos tabúes, y dije: “Somos una banda pesada, y punto”. Eso puede incluir a un tipo con una guitarrita cantándote. No pasa por el volumen ni por el sonido, sino por la intensidad. El hardcore fue el género que más interpreté en mi vida; me agarró justo en la adolescencia, así que me empapé bastante. Hay músicos a los que se les da por el blues… a mí por esa rama y por el punk. Cuando escuchen los temas se van a dar cuenta, tenemos muchas ganas de tocarlos en vivo.
-Ya presentaron dos en Niceto Club en febrero, que siguen la línea “directa” del segundo disco. ¿El resto será así?
-Sí. Habrá cuelgues, pero no psicodelia como en el primer álbum. Sentimos que nos tomamos mucho tiempo entre las otras placas: en un punto porque cambiamos de baterista por no sentirnos a gusto, y después porque con “Volumen II” giramos por todos lados. Nunca paramos, y ahora tampoco. Queremos reponer todo eso, y sabemos que con esta herramienta –señala la computadora en la que graban los ensayos- vamos a llegar mucho más rápido.
SUMERGIDOS EN SUEÑOS
Otra novedad es que esa serie de EPs debutará dentro del sello propio de Humo del Cairo, que posiblemente se llame “Errantes”. “Van a ser nuestros primeros discos realmente independientes. También queremos editar algunas bandas que nos gusten”, revela entusiasmado.
El primer volumen de la trilogía fue grabado por el técnico en sonido Mauro Taranto, quien también trabajó con Pez (ver recuadro). La idea es que se masterice en el exterior, aunque Díaz prefiere no dar más detalles. “Lo que puedo decir es que quien pensó esta obra conceptual fue el ‘Tano’, y me dio información que me ayudó muchísimo para componer las letras y la música”.
-En el primer disco te influenciaron los libros de Carlos Castaneda. Además de los aportes de tu compañero, ¿qué te inspiró ahora?
-Muy por el contrario, no leí casi nada. Escuché mucha música, y le di más bola a las letras en inglés, a las que antes no les prestaba atención. Estoy más enroscado en nosotros. Con el “Tano” interconectamos en un montón de aspectos.
-¿Por ejemplo?
-Nos copamos mucho con la metafísica, y con –el inventor europeo- Nikola Tesla. Estamos más espirituales.
-¿Parte del concepto viene por ese lado?
-Sí, eso creo. ¡Pero no puedo adelantar nada! Otra cosa que queremos hacer es variar los productores con los que laburamos. El segundo EP seguramente lo producirá Alejandro Ortiz –conocido por su trabajo con Carajo-, que está en Europa pero volverá para esa fecha. El “Tano” también tiene todo el arte en la cabeza. Sólo puedo contar que no será un dibujo.
HUMO DEL CAIRO LLEGÓ A LOS SHOPPINGS
Juan Manuel Díaz señala el que quizás sea su mayor aprendizaje en estos diez años del grupo: “A veces sos iluso y le hacés caso a todo el mundo. Hay bandas con las que tocamos aunque no lo haremos más, y organizadores con los que no vamos a involucrarnos nunca. Por ejemplo, teníamos dos shows arreglados para el mes pasado, en San Justo y San Miguel. Pero nos enteramos de que la productora les cobraba a los grupos teloneros, y los hacía participar en condiciones insufribles. ¡Son unos fenicios! Ese tipo de cosas no nos van, las careteadas tampoco”.
-¿Lo decís por la escena “pesada”?
-No, en general. Calculo que el ambiente de la cumbia también está lleno de garcas, pero a esta altura ya sabemos con quién lidiar. Nos tomamos nuestros recaudos.
-¿Tuvieron algún lío importante?
-(Piensa). El año pasado, la marca de ropa María Cher sacó una cartera y unos zapatos que se llamaban Humo del Cairo. Resulta que una de las diseñadoras era fanática, le puso el nombre sin contarle a sus superiores que éramos una banda y quedó (risas). ¡Ni se tomaron el tiempo para averiguar si estamos registrados!
-¿Llegaron a conflictos legales?
-No, pero les hicimos una guerra psicológica por internet. Los bombardeamos por Twitter, y nos respondieron que por favor paremos de decir barbaridades, que su imagen es la de una madre de familia. Logramos hablar con una responsable del Departamento de Marketing, pero ya estaba todo hecho: las carteras salieron a la venta, y tienen una etiqueta que dice Humo del Cairo. ¡La web también! Usaron la marca sin pedirnos permiso.
-¿Te compraste alguna?
-¡No, encima ni nos mandaron una para nuestras mujeres! (risas). Son horribles, amarillas y azules, y aunque soy de Boca me parecieron espantosas. María Cher nos debe un favor, ya vamos a ir a tocar a la chacra que tiene, o a alguno de sus locales.
-O por lo menos, que los auspicie.
-No sé si me sentiría muy identificado…
-¡No olvides que usaste una valija bastante femenina para llevar tus pedales!
-En ese momento quizás decía que sí, pero ahora ya no (más risas).
RECUADRO 1: EN VIVO
-En 2012 tenían ganas de filmar una sesión para subirla a internet. ¿La hicieron?
-Sí, pero nunca la colgamos. Fue grabada en un estudio medio casero de San Telmo, con tres cámaras. Estamos viendo cómo la terminamos, tenemos mucho material para subir. También hay de cuando tocamos con Viticus en el Teatro Vorterix en enero, que quedó genial.
-¿No pensaron en algún DVD recopilando todo?
-Los chicos lo plantearon, pero por ahora es algo a futuro, al igual que un disco en vivo. Para mí tienen que incluir extras, como temas que no haya en ningún lado, invitados o algo especial. Con el tiempo lo vamos a pensar.
-Otra propuesta que les hicieron fue la de ir a tocar a Europa, en especial al festival Roadburn de Holanda. ¿Se dará pronto?
-Calculo que en 2015 lo haremos, antes no pudimos ir porque no teníamos plata. La entrada cuesta 400 euros por día, por ejemplo. Pero siempre tuvimos muy buena onda con los organizadores, cruzamos varios mails. Fueron francos y nos dijeron que si salía todo bien íbamos a recuperar lo que invertimos.
-También estaban por presentar “Volumen II” en Ecuador, pero finalmente se suspendió.
-Nos invitaron a una bocha de lugares, también a Brasil, pero por cuestiones económicas no viajamos. No concebimos eso de pagarnos los pasajes y poner guita… iríamos si sabemos que laburamos como acá y que podemos generar algo, sino serían como vacaciones. ¡Para eso gastamos la plata y nos vamos a pasear!
RECUADRO 2: EL DESAFÍO
“Quise que la banda sonara como en la sala… pero mejor”, revela el técnico Mauro Taranto, el encargado de grabar el primero de los EPs. “Mi idea fue que sea un disco con un sonido agresivo. Pusimos un montón de micrófonos, por todos lados”.
-Lo contrario a grabar con tres, como se hace con muchas bandas de stoner.
-Exacto, con más de 20 canales de batería, y para las guitarras usamos dos equipos a la vez. Como trabajamos con poco tiempo –en el estudio Romaphonic, ex Circo Beat-, preferí tener variedad antes de que falten sonidos.
“Queríamos que cuando el público nos viniera a ver, escuchara lo mismo que en el disco”, finaliza Juan Manuel Díaz.
-¿Te parece que no era así últimamente?
-Creo que la banda suena mejor en vivo, y el plan fue llegar a que cada instrumento tenga su lugar sin que uno esté más alto o bajo que el otro. Y además, que las voces sean un auténtico grito de guerra.