El violero de Jane’s Addiction y ex Red Hot Chili Peppers se unió a una ONG para chicos con labios leporinos, y remató sus guitarras para que cien de ellos pudieran operarse. En una entrevista exclusiva, también opina en contra de Apple y el nuevo disco de U2.
Por Fabrizio Pedrotti, para Rock.com.ar.
Los Ángeles, California, 1975. La luz de la luna se mete por las hendijas de la habitación del pequeño David Navarro. Un silencio profundo rodea la atmósfera, y hace que duerma más relajadamente. De repente escucha unos cuantos gritos violentos, y se despierta de un sobresalto.
Asustado, corre hasta el cuarto de sus padres. “Seguro es el perro, que está haciendo destrozos. Volvé a dormir”, le responden. El niño regresa a la cama, y aunque tiene sólo siete años, intuye que le están mintiendo. A las pocas semanas, sus padres se divorcian.
Los Ángeles, California, 1983. Dave ya es un adolescente. Y como tal, siempre se mete en problemas: es revoltoso, y cuando ve la oportunidad de hacer una broma pesada, no la desaprovecha. Su padre, el publicista James “Mike” Navarro, tiene un buen pasar y le consigue lo que quiere. Pero el joven choca cada uno de los autos que le regala.
Constance Colleen, su mamá, tiene problemas con un exnovio. Su hijo sabe que las cosas no están muy bien, y aunque tiene un mal pálpito, no dice nada. Al mes, el tipo irrumpe en el departamento y la asesina. Una amiga de ella, que también está ahí, sufre el mismo destino. El guitarrista se salva por un pelito: justo esa noche, él la pasa con su papá.

UN SUPERHÉROE
Los Ángeles, California, 2014. A Navarro le costó muchísimo dejar atrás semejante pasado, y ver los aspectos positivos de la vida. Pero, tal como contó en su libro Don’t Try This at Home (2005), aprendió a lidiar con eso. “Un futuro positivo puede venir de un pasado negativo”, es una de sus frases de cabecera.
Hoy, Jane’s Addiction -la banda que co-fundó en 1985- sigue girando por el mundo y es considerada una de las pioneras del rock alternativo. Además, Dave le aportó su guitarra a Red Hot Chili Peppers (entre 1993 y 1997), y colaboró con Guns N’ Roses, Marilyn Manson y Alanis Morissette.
Ahora, mientras atiende el teléfono en su casa, tiene una voz de dormido importante. Allá son las ocho de la mañana, pero ya está listo para ir al gimnasio.
Desde hace unos meses, Navarro también contribuye con Operation Smile, una organización que ayuda a chicos con labios leporinos en 60 países. Pero según dice, lo que vivió en su infancia no necesariamente fue la causa para que se uniera a ellos.
“Solamente tengo un punto débil en mi corazón por los niños, y cuando me enteré de algunas de las luchas que viven, realmente me interesé. Trato de dar lo mejor de mí para difundir el mensaje, y lograr conciencia –señala-. Espero que todos consigan la cirugía que precisan, que es simple pero puede cambiar sus vidas”.
-¿Pudiste conocer a alguno?
-No todavía. Estuvimos de gira con Jane’s Addiction, y yo trabajé bastante para un programa –se refiere a Ink Master, emitido en nuestro país por TruTV- así que por ahora colaboro consiguiendo dinero para ellos. Pero claro que espero verlos cara a cara.
UN TIPO SOLIDARIO
Navarro ya hizo varias campañas: se desnudó para PETA por los derechos de los animales, y ayudó a ONGs que luchan para concientizar sobre el SIDA y el autismo. Según él, son todas realidades distintas, pero lo que le importa es “estar disponible para darle una mano a los demás”. Y agrega: “Especialmente porque los chicos con labios leporinos tienen una chance muy fácil de volver a su vida normal. La cirugía no es muy complicada ni costosa, pero varios no pueden pagarla. Y una vez que se la hacen, se ve un cambio muy favorable”.
Con Operation Smile, Navarro fue más allá: decidió subastar una guitarra en cada uno de los tres shows que dio en Las Vegas con Jane’s Addiction, en mayo de este año. Lo interesante es que eran las que él mismo tocó. “Es una idea que se me ocurrió hablando con mi amigo Dan Cleary, que también trabaja con la banda. Nos fue muy bien, conseguimos más de $20.000 dólares, y todo el dinero fue para la organización. Con esa plata se hicieron más de cien cirugías”.
-Imagino que para vos tiene un significado especial, porque sos un coleccionista de arte.
-Sí, siempre me gustó, y asumo que los fanáticos me entienden. Los que las compraron supieron que lo recaudado iba para Operation Smile, y por ende estaban dispuestos a pagar más para ayudar a los chicos. Eso fue hermoso. Al margen de lo solidario, es obvio que también son piezas de historia para los fanáticos. Toqué esas guitarras en el primer tema, y rápidamente se las di a mis asistentes para que las remataran en el puesto de merchandising.

-¿Tuviste la ayuda de PRS, la compañía que fabrica tus instrumentos?
-No creo que hayan estado al tanto, simplemente lo hice (risas). Seguramente se sentirían felices por colaborar, porque son una gran empresa. Pero en este caso en particular, directamente las vendí yo. Eran mis guitarras, y las destiné para eso. Soy afortunado, porque tengo un montón, así que para mí es algo bastante fácil.
-¿Planeás hacerlo en algún otro concierto?
-Sí, realmente funcionó bien y pienso repetirlo. No sé cuándo, porque obviamente no puedo subastar instrumentos todo el tiempo (risas).
Navarro se refiere a las tragedias que vivió de chico cuando se le pregunta si, con sus canciones, siente que tiene el poder de ayudar a los demás. “No sé si yo cuento con eso, pero los artistas en general sí. ¡La música me salvó la vida! Me ayudó muchas veces en momentos duros, y gracias a ella también pude superar las adicciones, por ejemplo. Creo que es uno de los aspectos mágicos que tiene –explica-. Y como artistas, cuando vemos la alegría que le llega a la gente, también sana nuestros corazones. Los fanáticos nos devuelven lo mismo que nosotros les damos”.
LA POLÉMICA POR U2
Hace un mes, la banda liderada por Bono lanzó Songs of Innocence, que se distribuyó gratuitamente en todos los dispositivos de Apple… ¡sin aviso! Miles de quejas inundaron las redes sociales, y Dave Navarro también aprovechó para twittear al respecto: “¿¡Realmente hay ‘publicidades’ del nuevo disco de U2?! ¿Nos sugieren que podemos elegir?”.
Del otro lado del teléfono, el estadounidense explica que él es de la ‘vieja escuela’. “No sé cómo decirlo sin sonar muy agresivo, pero lo que hicieron involucra cuestiones de privacidad. Para mí, la música y el entretenimiento son cosas a las que me gusta llegar buscando y conociendo –justifica-. Nunca quise que me forzaran. Incluso si el disco de U2 está buenísimo, me merezco la opción de elegir si quiero o no que eso esté en mis dispositivos. Y aclaro que amo a la banda”.
Al guitarrista de Jane’s Addiction no le interesa quién sea el artista, simplemente siente que no es lo correcto. “Se supone que las canciones son una manera de expresarse de las personas, de identificarse con algo, de mostrar sus sentimientos. Y no me parece una buena movida que eso termine en tu computadora sin tu aprobación”.
-¿Cómo creés que deberían haberlo hecho?
-Si hubiesen querido que fuera gratuito, deberían habernos dado un link para que lo descarguemos si teníamos ganas.
-En una entrevista dijiste algo parecido, pero en cuanto a las religiones: algunas te obligan a unirte, y si no lo hacés, te dicen que te vas a ir al infierno.
-Exacto. Deberíamos ser capaces de identificar quiénes somos basados en nuestras propias decisiones y en lo que deseamos. No quiero un álbum de U2 en mi dispositivo, de la misma manera que no necesito a ningún credo que me golpee a la puerta y me diga que debo asociarme. Es lo mismo, tenés razón. Ese disco ahora está en mi teléfono, en mi computadora, en mi iPad… ¡se convirtió en un virus! (risas). Me hace dudar sobre qué otras cosas están poniendo en mis aparatos sin que me entere.

-Así que si Apple te ofreciera lanzar el próximo disco de Jane’s Addiction de la misma forma, ¿le dirías que no?
-Ahora mismo no tenemos canciones nuevas, porque nos estamos enfocando en hacer algunos shows. Pero les respondería: “Si quieren poner un link, estamos encantados. Pero si va a aparecer de la nada en la computadora de alguien, no creemos que sea una buena idea”. Muchos fans de U2 están felices y realmente les gusta, pero por cómo andan las cosas en el mundo hoy, con todos los problemas de privacidad… ¡sucedió en un momento equivocado, man! (risas). Es una violación artística, y el tema es qué pasará cuando lo haga el siguiente. ¿Qué ocurre si prendo mi laptop y encuentro un nuevo álbum de Justin Bieber? No quiero eso, ¿entendés a lo que me refiero? (más risas).