Cielo Razzo: “Varios de nosotros pasamos por separaciones y situaciones difíciles”

El cantante Pablo Pino adelanta que, al dejar lo malo atrás, su nuevo material quizás suene optimista. Además, explica que volvieron a componer en conjunto.

Por Fabrizio Pedrotti, para la revista Soy Rock (#94, febrero de 2015).

En astrología, la importancia de la luna llena es enorme: hay pruebas claras de que incide en la marea de los océanos, en los animales y hasta en los agricultores, que planean los ciclos de siembra en base a ella. También se dan más suicidios, crisis de ansiedad o convulsiones… y se desatan fases de creatividad y sensibilidad emocional.

A Pino le ocurre lo último, y lo aprovecha para componer. “Empecé a tomarlo como un ejercicio. Cuando me doy cuenta y tengo la viola cerca, toco y escribo algo, a ver qué pasa. Hubo muchos temas que estuvieron buenos –relata-. Hace un tiempo estaba leyendo al respecto, y comentaban que los astros eran de mucha influencia para los artistas. Además, es increíble el poder de la luna sobre el agua: nosotros estamos compuestos por ella en un 75%, así que es posible esa química en el cuerpo, y que pasen cosas extrañas. Por algo hay tantas canciones relacionadas”.

El ejemplo más claro es “Luna”, de Código de Barras (2003). “Hoy no vemos bien, sólo hay sombras que marcan, y a oscuras debemos correr”, canta Pino en ese tema. Y considerando que durante la creación de Sideral (2013) tuvieron muchas etapas tormentosas, la frase no quedó desfasada. Una muestra de que los guitarristas Diego Almirón y Fernando Aime, el bajista Cristian Narváez y el baterista Javier Robledo también saben de momentos duros.

“Varios de los miembros pasamos por separaciones y situaciones difíciles –agrega el vocalista desde su sala de ensayo en Rosario-. Son crisis, que llegan en distintos momentos. Cada álbum tiene posibilidades, rupturas, oportunidades y experiencias”.

-Es un material bastante nostálgico, ¿no?

-Sí, porque hay muchos temas de despedida, y también de bienvenida… de finales, de aceptaciones, de entendimiento de algunas cosas. Pero termina siendo lo mismo, siempre es uno el que está intentando largar las situaciones que ve y siente. O incluso inventar otras. Para Sideral dije: “Puedo hablar de varios asuntos, no sólo de aspectos traumáticos”. Y así aparecieron “Piba Espada”, que está basada en una amiga, y “Posdata”, que es para un amigo.

-Cuando salió el disco, contabas que finalmente habías encontrado tu lugar como compositor, y que fuiste a un lugar más directo.

-Sí, y también como banda. En un punto, entendimos que queríamos resumir las canciones, y ser más austeros. Éramos un grupo que daba muchas vueltas, y no teníamos la capacidad de sintetizar algunas cosas. Los temas eran demasiado extensos, y yo empecé a creer simplemente en las ideas y las armonías que me venían. Me siento mucho más tranquilo con las composiciones de los últimos años, que con las de los primeros. Eran juegos distintos, antes las hacía y no sabía dónde terminaban. Ahora entiendo que como compositor puedo ser muy pop o muy punky. Es una fusión que se comprende de mi personalidad, del lugar donde estoy, de la música que escuché, de mis amigos, mis discos y mi entorno.

ALMA EN TREGUA

Antes de ser uno de los frontmans más reconocidos de la Argentina, Pino pasó por un montón de carreras y oficios. Influenciado por su padre, estudió un año de Medicina, hasta que se dio cuenta de que lo suyo era la música… y se cambió a Comunicación Social. “Creía que así iba a estar un poco más cerca”, dice.

Luego trabajó como remisero, fue cobrador de una prepaga, atendió un kiosco, construyó ánviles para instrumentos e incluso siguió cursos de apicultura. “Aunque me metí un poco con la miel, nunca terminé de hacer nada en absoluto –se ríe hoy-. Cuando veía que no iba ni para atrás ni para adelante, me corría a otra cosa. Todos queríamos tener algún emprendimiento para ganar un mango”.

-¿Alguna de tus letras se influenció de eso?

-Creo que “Qué sé yo” fue muy representativa de la época. Yo compraba los diarios del domingo solamente para buscar laburo. Generalmente ponían cinco o seis ofrecimientos, pero muy específicos, y había días en los que directamente no llegaba a haber ni una página de avisos.

-En la portada de Buenas (2001) aparece un señor sacándose la galera, y en la contratapa figura con una pistola en la mano… ¿tiene algo que ver?

-Sí, eran las noticias de siempre: los viejos sufriendo, haciendo esas colas infinitas para cobrar, sin que se les dé ni cinco de pelota. Es mi abuelo José, y el título del disco era su saludo. En la banda lo imaginamos en una situación extrema, encañonando a alguien por todo lo que vivía (risas).

cielorazzo-2-2012-color-web3.jpg

GALOPE

Durante los tres primeros discos, el estilo de Cielo Razzo era un rock híbrido, marcado por el reggae y candombe.  Eso mutó en Grietas (2007), con el que volvieron a la independencia. Allí hay canciones oscuras, sin tanta percusión ni fusión. “Cuando arrancamos, nuestras influencias eran muy notorias –reconoce el vocalista-. Estábamos mucho con Los Piojos, La Renga, Los Caballeros de la Quema, Bersuit, Los Redondos… la cuestión más callejera y rioplatense. Después nos definimos más, y esas melodías quedaron un poco de lado. Nos enfocamos en otro tipo de estética”.

-En la Soy Rock 24 (mayo de 2006) contabas que la influencia piojosa era muy notoria, y que intentabas despegarte de eso.

-Sí, tal cual, y sentía las comparaciones como una crítica hacia mí. Yo reconocía que parte de lo que decían se debía a mi similitud con Ciro como cantante. Soy un gran admirador de él, pero hice un quiebre y dejé de escuchar a Los Piojos por mucho tiempo. En esa época estaba buscando mi forma de expresarme, y fue algo necesario para mí. Ahora que pasó el tiempo y corrió mucha agua bajo el puente, me parece genial que nuestro cauce haya ido para esos lados. Logré un estilo totalmente distinto. Desde aquel momento, creo que las cosas cambiaron bastante: lo que está hecho ya pasó, y uno lo abraza y lo empieza a entender.

-Los tres primeros discos están agotados. ¿Piensan relanzarlos?

-Quedaron en poder de Pelo Music, y nosotros tenemos que hacer presión para que los editen de nuevo. Sabemos que los están relanzando, pero aún así no aparecen. Quizás algún día, como banda, los podamos sacar. Es una situación compleja para el público y para nosotros, porque nos gusta que ellos los tengan. Después, las compañías se quejan de que no venden (risas).

-De hecho, Código de Barras figura a $450 en Mercadolibre…

-¡Me estás jodiendo! Wow, no lo compren, es una locura (risas). Sí, pasa eso, están en una empresa a la que ya no pertenecemos, pero por suerte los podemos seguir tocando.

LUMINOSO

Así como Sideral fue un disco de crisis (¿habrá sido influenciado por la luna llena?), el cantante cree que “el próximo puede ser de sanación”. “Hay situaciones que llegaron a buen puerto, y se logró un entendimiento sobre ciertas cosas. Creo que, por lo que voy escuchando y leyendo en las letras que tenemos, sonará más optimista”.

El álbum, que aún no tiene nombre ni concepto definido, saldría en invierno de este año. “Es la continuación de la etapa que comenzó con Grietas (2007), seguimos por ese camino. Nano compuso algunas canciones aquella vez, y después hubo un hueco  -se sincera-. Ahora volvimos a escribir no sólo Diego y yo, sino también Javier, que trae muchas ideas. Empezamos a crear de nuevo juntos, a sentarnos con las guitarras en los viajes y tocar. Después llevamos eso a la sala, en donde se transforma en lo que queremos para el grupo. Estamos con ganas de entrar al estudio en junio”.

-¿La idea es grabarlo de nuevo en vivo?

-Sí, y tratar de mejorar el audio y buscar nuevos sonidos; pero no porque Sideral haya sido feo, de hecho fue uno de los mejores discos en los que estuve. Para el que viene estamos buscando los productores, para sumar gente y trabajar con más equipo. Estamos viendo dónde, pero quedamos muy conformes con El Attic, y tenemos muchas ganas de experimentar con la cinta abierta. Javi es el que más conoce de las cuestiones técnicas, porque labura con bandas. Todos sabemos que estaría bueno por el audio que se logra, pero seguimos analizando las posibilidades.

-“Caminando” era de la época de Código de Barras (2003), pero salió diez años después. ¿Son de agarrar temas viejos y relaburarlos?

-Sí, pasó un par de veces. En ese caso había dos canciones: una que hice yo, y otra de Diego. Ambas se rompieron, y armamos “Otoño Blanco” y “Caminando”. Nos quedamos con la vena en su momento, porque la teníamos grabada, pero nunca la habíamos completado. Más allá de eso, después representó muy bien el momento de Sideral. También nos pasó con “Reacción”, que siguió afuera de Grietas, pero entró en el siguiente. Es una cuestión de elección. Para el nuevo disco estamos muy confiados, y quizás ni necesitemos eso.

La astrología no estaba tan equivocada: parece que la luna hizo efecto.


 

Recuadro: LIEROS                                                                            

Además de Cielo Razzo, el cantante tiene otro proyecto con amigos: Los Bardos. “Son las únicas dos cosas que me ocupan la cabeza”, dice. El trío se completa con Nahuel Marquet (Degradé) y Ezequiel “Choza” Salanitro (Sikarios), y también piensan sacar un disco en 2015. “Es otra energía, otro color y otro espíritu. Está bueno comenzar una historia nueva”.

El grupo nació con la idea de hacer covers, aunque como sus miembros son letristas, las canciones propias no tardaron en aparecer. “Fue una escuela para mí, porque me ayudó a tener muchas experiencias compositivas que trasladé a Cielo Razzo y que me sirvieron”. Según cuenta, la banda es acústica, pero quieren probar un sonido eléctrico. ¡Más rock!

Anuncio publicitario

Comentar

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s