Living Colour: “En muchos lugares, todavía nos marginan”

El cantante Corey Glover explica la demora detrás de “Shade”, su primer disco en ocho años, y cuenta cómo la sociedad aún segrega a los que piensan distinto.  

Por Fabrizio Pedrotti, para Rock.com.ar.

Corey Glover va a hacer las compras por su cuenta. Primero elige cuidadosamente lo que va a llevar, después lo pasa por la caja registradora, y finalmente lo paga. Como todos los mortales, ¿verdad? Este sería un detalle sin importancia… pero Glover lo hace justo en medio de la entrevista.

“Perdón, es que justo estoy en el super”, se justifica varias veces del otro lado del teléfono, con la amabilidad que lo caracteriza. Mientras tanto, la caja registradora sigue emitiendo el típico “piiiip” cada vez que le pasan un artículo al frente. Parece que Glover fue a comprar comida para varios meses, así que, ¿por qué no hablar con un periodista argentino para amainar la espera de la fila?

Las compras no son lo único en lo que los Living Colour se toman su tiempo. En septiembre de 2017, los estadounidenses lanzaron “Shade”, su primer disco en ocho años. Aunque hubo una razón para eso. “Tratábamos de hacerlo de la forma correcta, y de la mejor manera. Como es un laburo lleno de amor, queríamos hacerlo bien -dice el cantante-. Si sos una banda nueva, tenés todo el tiempo del mundo para sacar tu primer disco; y a nosotros también nos gusta tomarnos lo que necesitamos. Sino, no nos damos cuenta si lo que compusimos está bueno”.

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-Sé que también tuvieron problemas con los managers y con los sellos, y que por eso se demoró aún más…

-Sí. Supuestamente, los mánagers están para ayudar a las bandas. Algunos lo hacen, pero la mayoría no. No piensan en los músicos, sino en ellos mismos. Ese es el precio que te toca pagar en esta industria, ¿sabés? Este disco salió con Megaforce, una compañía con la que ya veníamos trabajando, pero no fueron ellos los que nos complicaron las cosas: fue el management que teníamos. No estaban haciendo bien su trabajo, y tuvimos que ocuparnos de eso. Llevó tiempo.

-¿Cómo lo encararon?

-Tuvimos varios mánagers durante en el período en que hacíamos este disco, intentando encontrar a la gente adecuada. Muchas veces dije que “Shade” iba a salir en determinada fecha, pero me equivoqué y los plazos se fueron extendiendo.

-¿Esas complicaciones te inspiraron para escribir alguno de los temas?

-Sí, hay uno que se llama “Blak Out”, que capta todo esas sensaciones por las que estábamos pasando.

En la canción, Glover recita: “No puedo hacer lo que vos querés (…) No podrás encerrarme ni callarme, y no voy a dejar que me mates (…). Tengo el dedo en el gatillo, ¿alguien va a ayudarme ahora?”. Entonces, parece que la banda que completan los históricos Vernon Reid (guitarra), Will Calhoun (batería) y Doug Wimbish (bajo) no sufrió de pereza, sino de problemas reales.

“Shade” es su sexto disco de estudio, en el que también se destacan “Who’s That” (con el trombonista Big Sam Williams), y el track de apertura, “Freedom of Expression (F.O.X.)”, que incluye frases de Malcolm X. El álbum fue producido por Andre Betts -quien también colaboró en “Stain” (1993), y en trabajos de Madonna, Lenny Kravitz y Lionel Richie-, y los traerá nuevamente a Sudamérica en mayo de 2018.

VOLVIENDO A LAS RAÍCES

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-En una entrevista, contaste que “Shade” era una “deconstrucción” del blues. ¿Cómo llegaron a ese concepto?

-Hace un tiempo hicimos un tributo a Robert Johnson en Nueva York, así que fue un disparador. Cuando hablás de ese género, muchos piensan en el blues moderno… ¡pero hay más que eso! Por suerte todavía existen tipos como Buddy Guy, y tuvimos la fortuna de ver en vivo a Hubert Sumblin. Son gente que hizo mucho por la música, pero que recibió poco. Así que “Shade” es una forma de retribuirlos por su laburo.

-Sin ir más lejos, en este disco versionaron a “Preachin’ Blues”, de Robert Johnson.

-Sí, y también “Inner City Blues”, de Marvin Gaye. Esta última fue una interpretación más modernosa, o tecnológica, del tema original. Aún hoy estamos tratando de descubrir qué es el mundo, por qué estamos acá, qué hacemos y cómo lo hacemos. Y al fin y al cabo, es lo mismo que se pregunta el blues.

-Otro de los covers que incluyeron fue “Who shot ya”, de Notorious B.I.G, pero se escapa de ese género.

-Sí. Lo que pasa es que sus letras eran brillantes, y se expresaba con una claridad increíble. Soy un biggiefan, y lo que decía era muy justo. Considerando lo que pasaba mientras grabábamos este disco, como los casos de violencia policial, es interesante cómo una canción de hace años todavía tiene relevancia. Y la rescatamos en un momento en el que necesitábamos algo así.

El tema incluso incluye la grabación de un periodista, como introducción: “La violencia armada se cobra la vida de un joven afroamericano cada cinco horas. Es la principal causa de muerte de los negros menores de 35”, dice el reportero durante la intro.  

Corey Glover, que nació y aún vive en Nueva York, agrega: “No me refiero sólo a lo que está pasando en los Estados Unidos, sino a los problemas de armas que suceden en todo el mundo. Es algo de lo que tenemos que hablar, y defender el valor de la vida humana. Casi irónicamente, Biggie falleció por esa violencia. Me parece que, con ese cover, hicimos un gran laburo capturando nuestro sonido y lo que somos. ¿Quién mejor para hablar de eso?”.

LOS OBSTÁCULOS SON LOS MISMOS

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-Puede parecer una obviedad, pero sorprenden las similitudes que hay hoy con los problemas de los ‘90.

-Sí. Estamos sufriendo lo mismo que en esa década, ¿así que por qué no hablar de eso? Estaría bueno que las grandes bandas de esa época, como Jane’s Addiction y Nine Inch Nails, regresaran de manera fuerte, y que hablaran sobre eso. Porque parece que ningún grupo lo aborda. Y hay una camaradería entre todo ese movimiento de bandas, porque tuvimos cosas en común y estuvimos metidos en la metamorfosis de los ‘90. Todavía hoy, vivimos en un mundo en el que somos marginados: por ejemplo, por tener el pelo largo, o por pensar diferente sobre el planeta. También pasa cuando vas a algún lugar y te cachean porque sí, creyendo que sos un delincuente. En los ‘90, en el noroeste de los Estados Unidos, no te veían como músico, sino como alguien del bando contrario. Y hoy, desde mi lugar, no puedo permitir eso. Pero pasaba en todas partes… En Orange County, California, tocamos en varias salas y muchas veces pensamos: “¿Saldremos de acá con vida?”. Muchos lugares te daban miedo si tenías mi look, el de Siouxsie Sioux o el de Ice-T. ¿Entendés a qué me refiero? Pero nos apoyábamos entre nosotros, así que estaba todo bien. Teníamos la espalda del otro. Una vez que hicimos la primera gira del Lollapalooza, en 1991, escribimos un disco con un talante distinto -se refiere a “Stain” (1993)-. Vimos el mundo con una óptica diferente, y sentimos que teníamos que hablar de esa agresión. El día a día y la ruta inspiraron muchos de nuestros temas.

Pero en “Shade”, el disco que acaban de lanzar, hay más de una canción que trata esas problemáticas. “En ‘Invisible’, por ejemplo, hablamos de la gente que no encaja en la sociedad, y no le queda otra que esconderse. Todos te califican por cómo sos, por cómo te manejás… y piensan que tenemos que ser iguales, vestirnos de la misma forma y tener la misma opinión. ¡Pero la verdad es que no!”.

GIRANDO DESPUÉS DE 30 AÑOS

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Living Colour tocará el 12 de mayo en Groove (Av. Santa Fe 4389, Capital Federal), y al día siguiente en Brasil. “Sinceramente pensábamos que íbamos tocar en el Lollapalooza. Iba a ser copado, porque sin ese festival, todavía estaríamos tocando en pubs yanquis, o nos hubiéramos mudado de país”, dice Glover. Pero para regocijo de los fanáticos, la banda dará un show completo en Palermo. También es posible que se anuncien más fechas en el resto del territorio latinoamericano.

La última vez que la banda pisó la Argentina fue en 2013, cuando dio shows en el Teatro Gran Rex, en Córdoba y en Rosario. Corey Glover se siente muy agradecido por el apoyo que recibió de los sudamericanos.

-En el caso de Living Colour, una de las canciones que le ganó al paso del tiempo fue “Cult of Personality”. Después de tantos tours, ¿cómo evitan cansarse de tocarla?

-La verdad que no nos molesta ni aburre. Sólo tratamos de que, cada vez que la tocamos, no suene idéntica. Por un lado es un problema, porque el público obviamente la quiere escuchar en su versión original. Pero a diferencia de otras bandas, nunca dejaríamos de tocar un tema así. Estamos obligados, de alguna forma, a hacerlo. De un modo, es lo que nos define como banda. Pero también nos sirve para celebrar lo que somos y de qué estamos hechos. Es cierto que nuestros temas tampoco envejecen, y eso me divierte, porque las letras no quedaron viejas. ¿O alguien puede decirme que Donald Trump y Barack Obama no encajan con la temática de “Cult of Personality”?

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